DEL AMOR Y LA TERNURA...
LOS ABUELOS
Abuelos y nietos enlazan en un mundo de fantasía, de sosiego, de enseñanza y de aprendizaje..
El Día de los Abuelos.
26 de Julio, festividad de San Joaquín y Santa Ana.
En mayo del pasado año le dediqué una página a las madres y otra a los padres, y ahora voy a sumarme a un propósito relativamente reciente (desde 1997) de algunos grupos católicos, como la asociación Internacional "Edad Dorada- Mensajeros de la Paz", que siguiendo las recomendaciones de Juan Pablo II, organizan distintas campañas en las que intentan homenajear y reconocer el importante papel de los abuelos en la educación y desarrollo de los niños.
*Abuelos de anteayer.
Recuerdos en "blanco y negro"...
*Abuelos de anteayer.
Recuerdos en "blanco y negro"...
Mis abuelos maternos al poco de casarse.
Los dos eran hijos únicos.
Tuvieron 12 hijos, seis chicos y seis chicas, y 43 nietos.
Mis abuelos de mayores.
Como yo les recuerdo.
Por ser la nieta mayor entre las chicas y la tercera de los nietos en general, y por residir en un piso del mismo edificio que mis abuelos, he convivido muchísimo con ellos durante toda mi infancia.
Mis abuelos han sido, y siguen siendo, un referente en mi vida, como pareja enamoradísima y unida hasta su vejez, como personas honradas y trabajadoras, entregadas a la familia, a los vecinos, a los amigos, con sentido de la ética y de la estética, del buen hacer y estar, de la disciplina y del orden, con altos valores morales... Estos valores y muchas buenas costumbres, aunque inculcadas también por nuestros padres, tenían se encarnaban en los abuelos, como modelo principal.
Gustaban de reunir a toda la familia los domingos, a los tíos para comer (los pequeños comíamos en nuestras casas y mientras lo hacían los mayores nos llevaban a la primera sesión de cine) y a los niños para merendar: chocolate con pan de nueces, rosquillas, torta de nata y churros, todo hecho en casa por mi madre y mis tías. Había fiestas con mucha frecuencia: bautizos, primeras comuniones, bodas... y todo se celebraba en casa de los abuelos, que además tenían una huerta y jardín. En verano hacían una especie de verbenas y para amenizar y que bailaran mis tíos, mi abuelo alquilaba un organillo... Al final terminaban todos cantando pues tenían afición y buenas voces.
Mi abuelo era muy simpático y tenía mucho sentido del humor y mi abuela era una mujer, además de muy guapa, con capacidad para el trabajo y organización doméstica, discreta y con un don especial para saber estar sin perder nunca la compostura.
Los dos tenían un amplio concepto de la generosidad y de la solidaridad, acogiendo y ayudando a muchas personas cuando lo necesitaban. Mi abuela acostumbraba a visitar los asilos y los hospitales preguntando por las personas que no tenían familia para hacerles compañía y llevarles algo, y yo era su habitual acompañante en estas visitas; por el camino me iba explicando las necesidades materiales, pero sobre todo morales, que podían sentir las personas en situaciones de precariedad, enfermedad o soledad y me indicaba como debía de comportarme con discreción y amabilidad. Creo que las conversaciones con mi abuela y el haber conocido en su compañía estos ambientes influyeron en mi posterior elección por el trabajo social como profesión.
No pararía de contar cosas de estos abuelos con los que conviví tan estrechamente, pero resumo diciendo que no los olvido nunca y que su ejemplo, sus consejos y sus buenas costumbres permanecen en nuestra memoria como ejemplo a imitar.
Mis abuelos paternos no vivían en la misma ciudad sino a unos kilómetros en un entorno rural que a mi me encantaba y todos los veranos pasábamos con ellos unos días. Los recuerdo con mucho cariño, sobre todo a mi abuela (mi abuelo murió cuando tenía yo siete u ocho años) que era dulce y cariñosa, sonriente y con la que también me gustaba mucho conversar pues tenía mucha sabiduría y aprendí muchas cosas con ella, sobre todo de la naturaleza: plantas, frutos, árboles, de la tierra, las cosechas, los ciclos lunares, de animales domésticos...
Una cosa tenían en común los abuelos de mi infancia. Rara vez tenían que cuidar de nosotros los niños pues lo hacían nuestros padres. Los abuelos eran venerados, queridos, respetados, obsequiados, visitados y acompañados... Los abuelos respaldaban a los hijos económicamente y las abuelas ayudaban atendiendo a las hijas cuando había algún parto o enfermedad, aportando su experiencia y veterania.
*Abuelos de ayer.
Recuerdos " en color".
Siento que aunque habiendo hija mayor no haya sido yo quien hiciese abuelos a mis padres, porque ni me case ni tuve hijos.
Constaté como mis padres se transformaron, llenos de alegría, en "segundos padres" con la llegada de sus cuatro nietas. Lo felices que estaban cuando venían a casa a comer o de vacaciones las que estaban ausentes, hijas de mi hermana y que vivían en Baleares. Como se esmeraban en que todo estuviese lo mejor posible, en hacer las cosas que le gustaban, mi madre en la casa y mi padre ideando novedades en el exterior, leyéndoles cuentos en los ratos de ocio, discurriendo juegos, acertijos...
Mis sobrinas fueron también, como nosotros, cuidadas por sus padres, tan solo mi madre se desplazaba a Mallorca cuando mi hermana daba a luz, cuando fue operada o para buscar a las nietas al terminar el curso y traerlas de vacaciones a Galicia.
Ni mi hermana ni mi cuñada trabajaron fuera de casa cuando sus hijas eran pequeñas. Si trabajaron después. Coincidió así.
Mi madre llegó a ver a su biznieta, Manuela, algo que es frecuente hoy en día ya que las personas mayores viven más años.
Mis sobrinas fueron también, como nosotros, cuidadas por sus padres, tan solo mi madre se desplazaba a Mallorca cuando mi hermana daba a luz, cuando fue operada o para buscar a las nietas al terminar el curso y traerlas de vacaciones a Galicia.
Ni mi hermana ni mi cuñada trabajaron fuera de casa cuando sus hijas eran pequeñas. Si trabajaron después. Coincidió así.
Mi madre llegó a ver a su biznieta, Manuela, algo que es frecuente hoy en día ya que las personas mayores viven más años.
La felicidad de mis padres: sus nietas
*Abuelos de hoy. ¡A "todo color" y "a toda marcha!
Hace un par de días ya tenía pensado escribir este post , y como sabéis que me gusta hacer fotografías, no porque las haga bien sino porque me agrada captar la realidad de lo que ocurre o sucede en mi entorno... Pensé que nada mejor que salir a la calle a confirmar lo que ya sé desde hace tiempo porque es la realidad que me rodea: el papel importantísimo que están hoy desempeñando los abuelos, añadiendo a sus roles tradicionales de transmisores de cultura y de valores, el nada despreciable rol de "canguros gratuitos", debido a que hoy en las parejas también trabaja la mujer fuera del hogar, y no siempre ni toda la jornada tienen garantizado servicios de atención para sus hijos, con lo que los abuelos tienen un equivalente en horas de atención a los nietos como el total o gran parte del horario laboral de los padres de los pequeños. Luego están las "jornadas extra" para la vida social de la pareja, que si una boda, que si un viaje, que si una cena...
Creo que no hace falta que siga escribiendo, que es mejor que me acompañéis en mi paseo por los cantones de Coruña, el pasado martes a la una del mediodía, es decir en día y horario laborable. Si de algunos abuelos tenía yo duda de que lo fuesen, por su aspecto juvenil, enseguida la voz del nieto o nieta llamándole abuelo o abuela me hacía salir de dudas.
Creo que no hace falta que siga escribiendo, que es mejor que me acompañéis en mi paseo por los cantones de Coruña, el pasado martes a la una del mediodía, es decir en día y horario laborable. Si de algunos abuelos tenía yo duda de que lo fuesen, por su aspecto juvenil, enseguida la voz del nieto o nieta llamándole abuelo o abuela me hacía salir de dudas.
Lo que si me parece estupendo es que el llevar a los nietos al parque o a pasear es una buena terapia también para los abuelos que de esta manera se ahorran el gimnasio. Solo falta que en los jardines y plazas, junto a los juegos para los niños pongan los aparatos de gimnasia para los abuelos. ¡Sería una gozada! ¡una excelente idea!
Este es el único caso dudoso, no sé si se trata de un padre maduro (que ahora también abundan) o de un abuelo joven.
"Abuelos de pelo blanco". Bueno, las abuelas de "pelo blanco" terminan siendo "rubias".
En la foto solo se ve una bolsa, pero esta abuela llevaba dos bolsas de la compra, una a cada lado de la silla, algo que también hacen las abuelas de paso que salen con el nieto o la nieta. Cuando menos llevan el pan para la comida.
Esta abuela, de una edad aproximada a la mía, sentada en el jardín, está mejor que yo que, en mi caso, no podría luego levantarme sin gatear o abrazarme a la farola.
Un agradable paseo. La silla es por si alguna de las niñas se cansa. Lo que no están las abuelas es para coger a estas grandullonas en brazos.
Unos llevan el cochecito, otros juegan con los niños, otros charlan mientras los niños más crecidos juegan, y una abuela vigila, más de cerca.
Esta abuela aprovecha el paseo para saludar a unos amigos.
Una abuela calceta mientras cuida a la nieta.
Creí que esta otra abuela (foto de la izquierda) estaba llorando pero por fortuna no era así, simplemente se le había metido polvo en un ojo. ¿Cómo se puede llorar estando acompañada de una nieta?
Ciertamente los abuelos actuales tienen, casi todos, una jornada de mañana para cuidado de los nietos, comprar el pan, hacer la comida... Y quizá algunos también tengan jornadas de tarde para recogerlos de las guarderias o colegios... Y a veces, también "guardias nocturnas".
Lo importante es que no se abuse y que los abuelos cuiden a los nietos con alegría. Yo creo que si, a juzgar por la cara de felicidad que llevan cuando pasean con sus nietos o los llevan al parque. Otra cosa es el exceso y que los abuelos queden sin su merecido descanso y esparcimiento.
De cualquier manera, tener nietos me parece tener una riqueza tan grande como que éstos tengan abuelos.
Lo importante es que no se abuse y que los abuelos cuiden a los nietos con alegría. Yo creo que si, a juzgar por la cara de felicidad que llevan cuando pasean con sus nietos o los llevan al parque. Otra cosa es el exceso y que los abuelos queden sin su merecido descanso y esparcimiento.
De cualquier manera, tener nietos me parece tener una riqueza tan grande como que éstos tengan abuelos.
Niños y mayores, nietos y abuelos, son dos generaciones que se complementan, que se ayudan a vivir mutuamente, que se necesitan...
*Sonrisas de ida y vuelta
Esta era la cara de felicidad y la sonrisa de la abuela Isabel con su nieta Irene cuando era pequeña.
Esta es Irene, ya mayor, devolviéndole la sonrisa, acariciando y animando a su abuela Isabel, afectada de Alzheimer.
* * *
Felicidades a todos los que sois abuelos y abuelas. Os deseo un buen Día y que, cuando lo necesitéis, vuestros nietos os devuelvan el cariño que ahora les estáis prodigando.