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29 de diciembre de 2009

UNA CÁRCEL FLOTANTE CRUZA LOS MARES CONVERTIDA EN HOTEL


DE ACÁ PARA ALLÁ, Y DE ALLÁ PARA ACÁ, SOBRE LAS OLAS DEL ATLÁNTICO





El riesgo de temporal obliga a atracar en el puerto de Coruña, a la "JASCON 27", interrumpiendo su rumbo hacia Nigeria




*De paseo por el Puerto coruñés.


El sábado 26 me encontraba ausente de Coruña, y no me enteré de la llegada a la Ciudad de la "Jascon 27", una antigua cárcel flotante, procedente de Portland (Inglaterra), con destino a Nigeria. Casi siempre que llega al puerto un trasatlántico o algún buque interesante suelo desplazarme hasta los muelles para verlo, porque casi siempre constituye un aliciente visual y cultural que no conviene perder.

El domingo estuvo un día malísimo, con viento, lluvia y frío, con lo cual opté por no salir de casa, pero ayer, lunes ya no me pude resistir y aproveche que la lluvia dio una pequeña tregua para ir hasta la parte del puerto que más me gusta, la de los remolcadores y grúas de descarga. Desde muy pequeña siento pasión por las grúas, esa especie de jirafas de hierro, chirriantes cuando se desplazan y que parecen saludar cuando oscilan y alzan su "cabeza". Es ahí donde casi siempre empiezo o termino mis paseos.


No bien empiezo a andar diviso entre las grúas, una mole flotante, ¿Qué es aquello? Un barco no es. Parece un edificio, pero es imposible que haya surgido de la nada en el par de días que hace que no paseo por el puerto. La mole oculta la visión de las famosas casas de galerías acristaladas, que son emblema de la Ciudad y la dársena de embarcaciones deportivas del Real Club Náutico.



































Lo mejor será ir hacia al muelle de los trasatlánticos y descifrar el enigma.


Justo en ese momento, asomando entre las nubes negras, un rayo de sol ilumina el objeto de mi interés. Lo fotografío desde los antiguos remolcadores que tanto me gustan.
















Me voy acercando... Estoy intrigada.

Ya estoy más cerca de la mole flotante, pero tengo que salir de esta parte del puerto para ir al muelle de trasatlánticos que es donde está atracada.
*¿Qué es esto?

Parece un edificio pero... Las ventanas tienen rejas y todo es demasiado sobrio y austero.
















Un señor acompañado de una chica, que caminan delante de mi, le va explicando los pormenores del tema, según había leído el domingo en el diario "La Voz de Galicia" y yo, sin proponérmelo, me voy enterando de lo esencial. Luego, al llegar a casa busqué el periódico que tenía aún sin leer y maticé los detalles, que tan bien ha relatado el cronista Emiliano Mouzo.


































La "Jascon 27" tiene una larga historia, vivida a uno y otro lado del Atlántico.
Su signo ha sido ir de acá para allá y viceversa.


De sólida estructura de acero, la "Jascon 27", que tiene 102 metros de eslora, 27 de puntal y 26 de manga, y que pesa 13.200 toneladas, fue construida en Suecia. El Reino Unido la compró en 1982 y la llevó hasta el otro lado del Atlántico, hemisferio sur, para utilizarla como alojamiento de las tropas británicas en la guerra de Las Malvinas. Después de este episodio y una vez que ya no era necesaria esta infraestructura, la compró el gobierno de Estados Unidos, tomando el rumbo del Atlántico Norte, hasta Nueva York para, con el nombre de "Weare", convertirse en una prisión flotante, con capacidad para 400 reclusos.


Como si se tratase de un barco que echase de menos navegar, de acá para allá, en 1977, cruzó de nuevo el Atlántico para volver a ser utilizada por el gobierno inglés, que la hizo fondear en Dorset, al suroeste de Inglaterra, haciendo funciones complementarias a la prisión de Verne, dando cabida hasta 400 reclusos, con condenas superiores a cuatro años.


Ahora, en el siglo XXI, fuera ya de servicio como prisión inglesa, esta mole flotante no se resigna a la quietud. Una empresa privada la ha adquirido, remodelando su interior, para convertirla en un hotel de 500 plazas, para dar alojamiento a trabajadores de una compañía petrolífera que hace extracciones en las costas de Nigeria. De la construcción original como prisión conserva, en el exterior, las rejas de las ventanas, las alambradas y espinos metálicos de las terrazas, el enrejado metálico de los pasillos y accesos exteriores, y ese aire hermético, gris y sobrio de su pasado carcelario. El actual confort interior, con salas de recreo, juego y gimnasio, así como la disponibilidad de cabinas individuales, convenientemente equipadas de piezas de aseo y medios audiovisuales, equilibra su aspecto de austeridad.
















Para terminar el paseo y hacer unas fotos del conjunto, además de aprovechar para tomar un refrigerio, toda vez que la lluvia amenazaba de nuevo, subí al restaurante del Centro de Ocio del Puerto.















Y de allí para casa. De allá para acá, a la inversa que la mole flotante, que desde aquí seguirá rumbo a Nigeria, cuando amaine el temporal de viento que hay en alta mar.

¿Llegaran las cárceles a quedar fuera de servicio y convertirse en hoteles?



Enlace: Noticia en La Voz de Galicia.

http://www.lavozdegalicia.es/galicia/2009/12/27/0003_8194350.htm

24 de diciembre de 2009

PAZ Y AMOR A LAS PERSONAS DE BUENA VOLUNTAD




"Adoración de los Pastores"
Lorenzo Lotto. Museo Civici d´Arte e Storia.  Brescia. (Italy)



CON MIS MEJORES DESEOS DE PAZ, FELICIDAD, AMOR Y AFECTO, PARA TODOS LOS QUE VISITÁIS ESTE BLOG.




7 de diciembre de 2009

Mis vicios confesables. ¡"Larpeiradas"!





*Higos,
¡en almíbar! 

*Cortezas de naranja,

¡en almíbar!


¿Se heredan los "vicios"?




Es increíble la cantidad de cosas que llevamos en los genes, ¿o es una disculpa? No lo sé, pero lo cierto es que la casi totalidad de mi familia materna somos una pandilla de "larpeiros", incluidos los miembros del género masculino. Aclaro, para los que no sois de Galicia, el significado de "larpeiros". La persona "larpeira" es aquella que disfruta comiendo exquisiteces, sobre todo de sabor dulce. No es sinónimo de goloso o de persona que se da "atracones", porque no es cuestión de cantidad sino de calidad, de sabor, de elaboración mimada... Y por "larpeirada" se entiende "manjar exquisito para agrado y recreo del paladar". ¡Hum, que rico!

En la época en que no había televisión, ni vídeos, ni ordenador, los niños de mi familia materna, que éramos muchos, nos reuníamos todos los domingos, en casa de mis abuelos a merendar, y cada tía aportaba algo: pan de nueces y pasas, rosquillas de aceite, galletas de nata, budines de pan con frutas confitadas, bizcochos, etc., amén del chocolate. ¡Todo hecho en casa!


Mi tía Rosa

En la actualidad la que conserva la tradición, de las tres tías maternas que me quedan, es mi tía Rosa, y ella también es la que hacía, en exclusiva, los higos en almíbar que tanto nos gustaban y gustan. Ella pasa los veranos en una casa de campo con una finca muy grande que tiene muchos frutales, lo que le motiva para prolongar los veraneos hasta muy avanzado el otoño, entreteniéndose en hacer toda clase de conservas y licores. Luego nos va obsequiando con tarros y tarrinas de confites y mermeladas, membrillo, pan de nueces y pasas...A la vez que nos invita, cuando la visitamos a unos "chupitos" de licor de guindas, o de café, de limón... ¡todos buenísimos!

Aunque siempre me gustó tener libros de cocina, en realidad me remito siempre a las recetas caseras con sabores y recuerdos de infancia, y cuando quiero hacer algo clásico recurro a lo que vi hacer a mi madre, a mis tías, o busco en mis dos libros básicos: el "Picadillo", para las recetas gallegas (aunque adaptándolas a la actualidad, en cantidades y otros pormenores) y, el celebre Manual de Cocina, editado por la Sección Femenina de entonces, y que recoge prácticamente todas las recetas de la cocina española que hacían las mujeres de la época.

Tengo también otros libros más específicos y cantidad de libretas con recetas manuscritas. Pero no engañaros, rara vez cocino algo especial, casi siempre tiro por lo fácil y sencillo porque al vivir sola me falta motivación. No obstante me gusta consultar los libros cuando se me antoja algo determinado que no se hacer o cuando me interesa dar con algo de lo que tengo alguna referencia, como cuando probé un pulpo buenísimo en Foz, (costa lucense), y que luego encontré en el libro de "Picadillo" y en otro de Álvaro Cunqueiro sobre Cocina Gallega: el riquísimo "Pulpo a lo Sochantre", que ya os recomendé en una ocasión.

Cuando tenía a mi madre conmigo en casa, en los otoños, me daba por hacer cosas que le gustaban (y a mi también, por supuesto), tales como compotas y confituras. Y fue así que  pedí a mi tía Rosa que me diera la receta de los higos en almíbar.





   

 *Higos en almíbar. 


La  tía Rosa me "contó" como hacia ella los higos en almibar (¡riquísimos!) pero  me la dio sin cantidades exactas. Todo  aproximado y "a ojo" por lo que incluyo aquí, por si alguien tiene interés, la que viene en el célebre libro de "Picadillo". Para el remojo previo, en  vez de con una aguja gruesa, yo los pincho con un tenedor, que lo tengo más a mano y acabo antes.

Lo  importante es que los higos no deben estar maduros sino verdes, aunque a punto de madurar. Han de tener algo de color pero deben estar prietos, de lo contrario se desharán antes de estar en su punto y esparcirán todas las semillas por el almíbar, enturbiándolo. En cuanto a la cantidad de azúcar depende un poco de que el almíbar os guste más o menos espeso y dulce. Como en todas las recetas es cuestión de irle cogiendo "el punto" según las preferencias.

















Estas fotos os pueden orientar, por el color. Recién cogidos del árbol (estos se los compré al señor Manuel, un encantador abuelo que vende los productos de su huerta a la puerta de su casa, y que me queda en el camino de la playa), puestos a remojo en agua y cociendo, casi a punto de finalizar la cocción en el almíbar. Si os rompiese alguno al cocer (mejor retirarlo a tiempo antes de que suceda), como me pasó a mi, podéis filtrar las semillas colando el almíbar, al final después de sacar los higos. Al acabar la cocción, dejar enfriar y luego guardar en frascos esterilizados. Si hacéis bastante cantidad también podéis guardar algún frasco en el congelador, justo para estas fechas previas a la Navidad y para obsequiar.

* * *

Y ya metida en la danza de hacer frutas en almíbar, la última se me ocurrió al leer un libro de cocina que compré hace un par de años y que se titula "Sabores de la Toscana", de Stephanie Alexander y Maggie Beer, dos australianas que escribieron una obra fantástica recogiendo la experiencia, las recetas y las anécdotas de la escuela de cocina italiana, que realizaron en la región de Toscana, alojadas con su alumnado en una preciosa y suntuosa villa, oculta entre viñedos, rezumando arte por los cuatro costados. Es un libro que puede recomendarse a los que amen la Toscana, la cocina italiana y el costumbrismo.

La receta en la que me fije, fue una sobre el aprovechamiento de las pieles de los cítricos para confitarlas. Yo que me tomo una buena naranja cada mañana al desayuno, encontré en la receta una utilidad a las pieles y de paso, ¡como no! darme el gusto de otra "larpeirada", que ha resultado todo un éxito para mis sobrinas y amigas. En la receta se trata de las pieles que quedan después de exprimir el cítrico y que supongo estarán mucho más buenas pues les queda adherida parte de la pulpa. Las pieles que yo confito están cortadas directamente de la naranja sin exprimir (pues la tomo en gajos), tal como se puede apreciar en las fotos. Las de cada día las guardo en un recipiente y en la nevera, si voy a tardar en hacerlas más de diez o doce días, las meto en el congelador.







*Cortezas de naranja, en almíbar.








(podéis hacer clic en la receta para verla en tamaño mayor)










Como en la anterior receta, podéis ver como son las pieles que utilizo de mis naranjas, y el tono que van cogiendo con el almíbar. Han de quedar casi transparentes. 

La última parte de la receta (secado en rejilla), yo no la hago, eso sería para conseguir una especie de escarchado.

Si después de enfriar y envasar el confitado, guardáis los tarros en el congelador, os informo que una vez sacados del mismo y dejados un día en el frigorífico, volverán a su punto. 

En el frigorífico pueden conservarse varios días, una vez empezados.


*Merendar en invierno


El té es otro de mis "vicios", que por cierto tenía abandonado desde que me quedé sola pero que estos días lo he retomado con motivo de la visita de una de mis sobrinas. Todo sabe mucho mejor en compañía, compartiendo, conversando...

Ayer estaba un día de perros: frío, lluvia, viento... ¿Y que mejor, para una tarde casera, que entregarse al placer de un rico y aromático té de Ceilán, con unos higos y cortezas de naranjas en almíbar, acompañado de queso fresco?


Hoy me he entretenido contándoos estas recetas, y si os tuviera cerca estaría encantada de invitaros. ¡De verdad!




*¿Y la Compota de Navidad?

Si algún "larpeiro" o "larpeira" quiere hacerla y probarla le remito a la receta que publiqué en mi blog hace dos años.



http://www.jubiladajubilosa.com/2007/12/navidad-dulce-navidad.html



Anexo en 2011: Pan de nueces y pasas.
http://www.jubiladajubilosa.com/2011/10/pan-de-nueces-de-toda-la-vida.html



22 de noviembre de 2009

Soria (II). "Las Edades del Hombre" . "Paisaje Interior".






* Concatedral de San Pedro. Soria.
* Ermita de San Baudelio. 
   Berlanga  de Duero.
* Ermita de San Miguel. Gormaz.


Continuo mis relatos sobre Soria, para contaros algo de lo que fue el principal motivo del viaje para el conjunto del grupo con el que me desplace a esa provincia, y que no fue otro que el de contemplar in situ, el arte que se compendia en el itinerario artístico y exposiciones, denominado "Paisaje Interior", dentro del ciclo "Las Edades del Hombre", que desde 1988, vienen organizando las once diócesis de Castilla-León, en diferentes ciudades de la Comunidad, incluidas dos fuera de España, una en Ámberes (1995) y otra en Nueva York (2002). Con ellas se pretende, a través del arte como instrumento, mostrar la cultura, las devociones y los valores de los cristianos católicos que han vivido y manifestado su fe en estas diócesis, muchas de las cuales jalonan el viejo camino, físico y espiritual, que lleva a Compostela.

En esta edición de las "Edades del Hombre", denominada "Paisaje Interior", por similitud al paisaje exterior tan destacado de las tierras sorianas, se han escogido tres sedes, una la Concatedral de San Pedro, en Soria, que acoge un gran número de obras de arte traídas y restauradas para la ocasión de toda la Comunidad castellano-leonesa, a las que se añade, como muestra de románico y del "evangelio hecho piedra", el claustro de la propia Concatedral. Las otras dos sedes, están fuera de la ciudad de Soria, una es la Ermita de San Miguel, en Gormaz, y otra es la Ermita de San Baudelio en Berlanga de Duero.



*Concatedral de San Pedro.   Soria.













Después de visitar por la mañana los arcos de San Juan de Duero y la Ermita de San Saturio (Soría.I) y viendo que había una larga fila para entrar a la Concatedral, optamos por ir a comer temprano e intentarlo a primera hora de la tarde, ¡acertamos!



Aunque en el itinerario de la exposición el claustro románico de la Concatedral está al final de la muestra, os lo muestro primero porque me parece que me quedan más ordenadas las imágenes. La Concatedral lo es porque comparte la diócesis de Burgo de Osma, en donde existe una hermosa Catedral que bien merece una visita y que os mostraré en otra ocasión, quizás.












Claustro románico de la Concatedral de San Pedro.






La Concatedral de San Pedro se terminó de construir en la mitad del siglo XVI (hacia 1575), y fue edificada sobre una colegiata preexistente, de la que se conservó, bestiarios, cacerías, reyes, monjes y motivos religiosos como los de la Anunciación, Los Reyes Magos, etc.

El conjunto arquitectónico de la concatedral sigue el modelo de la catedral de Berlanga de Duero y también de las catedrales castellanas del siglo XVI, como es el hecho de la composición y altura de las naves (igual las laterales que la central), las bóvedas de crucería, etc. y que configuran lo que se conocía entonces como "iglesia salón".

Sus portadas mantienen estilos distintos, la orientada al mediodía es de estilo plateresco (por la que se accede a la exposición) y en ella puede verse una figura de San Pedro, sentado, portando en sus manos las llaves, la de poniente, es renacentista, y, la que da acceso a la sala capitular, tiene un estilo románico que evoca el de Silos.








*La exposición.

Su contenido se estructura en cinco capítulos y un epílogo, girando, a través de la iconografía de las piezas expuestas y de la palabra (fragmentos de poesías de Gerardo Diego, Machado, Bécquer...), sobre las siguientes ideas: sembradores de la fe, las raíces que echa la semilla, los patrones, santos y devociones que iluminan el camino, el signo de la cruz, y caminando en la esperanza.


"Nave que surcas los mares,
y que empuja el vendaval,
y que acaricia la espuma,
de los hombres es la vida;
su puerto, la eternidad."
(Bécquer)


"Dice la esperanza:Un día
la verás, si bien esperas.
Dice la desesperanza:

Solo tu amargura es ella.
Late el corazón... No todo
se lo ha tragado la tierra."
(A.Machado)


El epílogo es un recordatorio a las exposiciones precedentes, con una imagen de muestra de cada una de ellas.

La iconografía de la exposición es muy diversa para cada capítulo: manuscritos y pergaminos, frontales de altar, pinturas en tablas y lienzos, relicarios, retablos, pilas bautismales, tallas y esculturas, cruces, cálices, custodias, andas sacramentales, casullas, dalmáticas, mitras... En mi opinión, demasiadas piezas para ver en una única visita de algo más de un par de horas, sin cansarse y con poca oportunidad de disfrutar de cada obra. Estupenda exposición para quien pudiese visitarla con más tiempo.

Llamaron mi atención varias tablas valencianas, del siglo XV, pertenecientes al antiguo retablo mayor de la catedral de El Burgo de Osma y que se atribuyen a Gonçal Peris. Incluyo una muestra.



"Dormición de la Virgen" Tabla valenciana de la Catedral de El Burgo de Osma Gonçal Peris (atribución). (Hacia 1410-1420) Museo Frederic Marès. Barcelona

Otras piezas que me resultaron curiosas, por poco vistas en mi caso, fueron los retablos y alacenas-relicarios, por la profusión de reliquias contenidas. Algunas tallas antiguas de madera policromada, también me gustaron mucho.

Algo que nunca había visto con anterioridad fueron los enormes velos o paños de lino, pintados al temple, con motivos de la Pasión, con los que se cubría el altar mayor de las catedrales en Semana Santa. He incluido una foto pero es de muy mala calidad; las que muestro de la exposición están tomadas de catálogos y pierden mucho al intentar copiarlas. Como es natural no se podían hacer fotos en el interior a las obras expuestas por razones fácilmente comprensibles.

Retablo de la Virgen (fragmento) Alonso de Sedano. Hacía 1510.
Óleo sobre tabla.
Iglesia parroquial de Montenegro de Cameros (Soria)

San Pedro de Osma.
Juan de Juni. 1550-1554.
Madera policromada.
Catedral de El Burgo de Osma (Soria)



Virgen con niño (Virgen de la manzana)
Anónimo. Siglo XII.

Madera policromada.
Museo de la Concatedral de San Pedro.(Soria)



Santa Ana sedente con un libro.
Alejo de Vahia. Siglo XV.
Madera policromada.
Colección particular. Valladolid.

San Pedro de Briba de Cea in Cathedra. Alejandro de Vahía. Siglo XV.
Madera estofada y policromada

Museo parroquial. Valderas (León)

Sor María Jesús de Agreda
Anónimo. Siglo XVIII
Madera policromada,dorada y estofada.
Obispado de Zamora
Convento de la Purisima Concepción.


Retablo relicario.
Anónimo. Siglo XVI.Monasterio de la Purisima Concepción. Berlanga de Duero.(Soria)



Velo de Pasión del Obispo Álvarez da Costa Anónimo. 1557.

Temple sobre lino.
Catedral de El Burgo de Osma.(Soria)





Obras exteriores de la exposición





* Gormaz.
Ermita de San Miguel


Al día siguiente de visitar Soria y la exposición de "Las Edades del Hombre" en la Concatedral de San Pedro, en Soria, nos fuimos a Gormaz para visitar la Ermita de San Miguel.

Desde mucho antes de llegar se iba divisando en la lejanía, la silueta del Castillo de Gormaz, al fondo de los campos de girasoles, ahora agostados por los últimos calores del finito verano,  que me hicieron imaginar hermosas fotos, meses atrás, con un amarillo intenso en los primeros planos.

El Castillo de Gormaz, bien merece una visita, pero nosotros hemos tenido que dejarla para otra ocasión, por razones de tiempo y prioridades.







La Ermita de San Miguel se encuentra al borde de la carretera que sube a la cima en que se asienta el Castillo y estremece pensar que hace años estuvo a punto de ser "tragada" por las obras de ensanchamiento de la carretera. Por fortuna, y desde 1996, fue declarada bien de interés cultural, iniciándose un estudio para su restauración la cual fue llevada a cabo durante diez años, abriéndose al público el pasado año 2008. Incorporarla, como expresión artística a "Las Edades del Hombre" ha sido un cierto pues de no ser así posiblemente no la hubiéramos conocido. Su exterior, de rústica manpostería, es tan sencillo y sobrio, que de no estar informado bien podría uno pasar de largo sin sospechar la grandiosidad de las pinturas que alberga en su interior.















La actual ermita fue construida sobre una anterior, de origen visigodo (siglo VI) , destruida después posiblemente por las invasiones árabes. Con la conquista definitiva del castillo de Gormaz, por los cristianos, en el reinado de Fernando I (siglo XI) se creó el núcleo o aldea de Gormaz, a orillas del Duero, a la vez que se dedicó en el lugar de la antigua ermita una iglesia a San Miguel, constituida por una sola nave y con un ábside cuadrado. La sencilla cubierta de dos aguas se corresponde en el interior con un entramado de madera. Pinturas murales al temple, sobre un enlucido anterior de yeso, cubren todas las paredes del interior de la iglesia. Las pinturas, del siglo XII, como las de la Ermita de San Baudelio, son de estilo románico, aunque también mantienen influencias orientales y bizantinas.

Los motivos son variados : Un "Maiestas Domini" (Cristo en Majestad) en el ábside, rodeado de ocho ángeles . En los muros laterales, ancianos de Apocalipsis. Dos ángeles sosteniendo un "Agnus Dei". La dormición de Adán, el nacimiento de Eva... En la parte baja de los muros las pinturas semejan cortinajes estampados y sobre ellos medallones con animales, de forma semejante a las pinturas de San Baudelio.

En la nave hay escenas de la Anunciación y Visitación de la Virgen, Nacimiento de Jesús y Anuncio a los pastores. En un nivel inferior hay escenas de jinetes y fortificaciones...

Véase una muestra.



 

Tampoco aquí se permite hacer fotografias, logicamente, por lo que éstas son tomadas de Internet y de catálogos.



*Casillas de Berlanga
.
Ermita de San Baudelio.

Si la ermita de San Miguel me sorprendió, la de San Baudelio, prerrománica, construida por los mozárabes hacia finales del siglo X, no dejo de asombrarme. ¡Una auténtica sorpresa! Por distinta, por original, por sencilla y, a la vez, hermosa.







Con anterioridad a la ermita mozárabe existía una gruta de la época visigoda (siglo VI) en la cual se habían depositado, para su veneración, reliquias del mártir San Baudelio, monje y predicador galo. Dicha gruta quedó incorporada a la ermita.

Tiene planta cuadrada y espesos muros de manpostería. Una gruesa columna central, rematada en varios arcos, es el único sostén de la bóveda. La columna semeja una palmera, árbol de gran simbología en la cultura islámica, por su asociación (la palmera da sombra, cobijo, alimento, forma oasis...) con el Edén.
(Foto d Internet)


Estas tres fotos, sin flash y permitidas, no están muy bien, son personales.












Aunque aquí se podían hacer fotos era casi imposible tomar posicionarse o hacer encuadres adecuados, sin tener delante un grupo numeroso de personas, debido a lo reducido del espacio.








La triste historia de las pinturas de esta ermita es que lo que vemos como tales, salvo algunos pequeños restos, no son otra cosa que la "huella" dejada, milagrosdamente, como impronta, en las paredes, después de ser sacadas las originales en 1926, por técnicos italianos, una vez que los vecinos de Casillas (propietarios de la ermita) las vendieran a un marchante de arte por 60.000 pesetas. Y finalizaron decorando un museo de Nueva York. Hoy parte de ellas están cedidas al Museo del Prado para ser expuests con carácter permanente.

¡Lástima  del arte que se deslocaliza o desarraiga de sus origenes!

De cualquier manera, la ermita de San Baudelio sigue siendo un lugar para no dejar de visitar y para sorprender. Y como todo el arte de Soria, para no olvidar.

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Enlace a "Soria (I)