GARCÍA LORCA. "Por el cielo va la luna..."

..."Por el cielo va la luna
con un niño de la mano"...


..."Dentro de la fragua lloran,
dando gritos los gitanos"...

Acabo de estar una semana en Granada, donde ya estuve un par de días hace nada menos que cuarenta años. De ella solo tenía el recuerdo imborrable de La Alhambra, del casco antiguo y de una sesión de flamenco en  las cuevas del Sacromonte. Ya iré contando sobre mi viaje actual, el primero que hago con el IMSERSO (¡ya estoy en edad!) de tipo cultural, que dicho sea e paso resultó muy bien y que pienso repetir siempre que pueda y me concedan plaza.


Visita a la casa-museo de Federico García Lorca, en Valderrubio.

Entre el programa organizado, tuvimos una visita a la casa - museo de Federico en Valderrubio, lo cual me hizo mucha ilusión y revivió muchos de los sentimientos dormidos que las poesías y obras del poeta, de mis lecturas de juventud, habían suscitado entonces en mi.

Granada tiene más de un museo sobre García Lorca pero el que  voy a reseñar aquí es el de Valderrubio, situado a escasos cuatro kilómetros de Fuente Vaqueros, provincia de Granada, lugar dónde Federico nació un 5 de junio de 1989 y donde también existe un museo con cartas manuscritas de Federico y otros objetos de artistas amigos y contemporáneos suyos, principalmente de los que compartieron con él estancia en la Residencia de Estudiantes de Madrid, a donde se fue en 1919 y donde alternó con Dalí, Alberti, Pepín Bello, y Buñuel, entre otros.

El padre de Federico, agricultor acaudalado y emprendedor, que poseía en propiedad varias tierras se traslado a la casa-cortijo que tenía en Valderrubio cuando el poeta tenia entre cinco y seis años, y fue aquí donde pasó los años más felices de su infancia y donde despertó a sus aficiones por la música, el teatro y la poesía. Fue en este ambiente rural y andaluz donde su madre, maestra, persona inteligente y llena de sensibilidad hacia el arte, le enseñaba las primeras letras y el gusto por la música y el canto, que Federico cultivo también animado por su tía Isabel, a la que estaba muy unido. Valderrubio es quizás la fuente de inspiración más andaluza de García Lorca.

Los principales objetos personales de Federico, manuscritos de sus más destacadas obras, documentos personales, así como muebles y enseres originales de la vida familiar, están en el Museo de la Huerta de San Vicente, casa de la ciudad de Granada, actualmente junto al gran parque que lleva su nombre. En esta casa el poeta vivió entre 1926 y 1936 y en ella escribió parte de sus obras más importantes, como "Yerma" y "Bodas de Sangre".

La casa - museo de Valderrubio conserva el dormitorio original de Federico, a continuación de la que ocuparon alternativamente su hermano y sus padres, y que está a la izquierda del vestíbulo, en la entrada principal de la casa.

Habitación de los padres de 
Federico.

Habitación de Federico , en color azul, seguida de un gabinete con  mesa y escritorio.

A la derecha del vestíbulo hay una sala-comedor.

En un rincón de la sala-comedor hay un piano y sobre él, enmarcado, un dibujo con el rostro del poeta.

Un arco separa a sala-comedor, de un acogedor cuarto de estar.

Detalles en la planta superior, habilitada como expositor de recuerdos...

Izquierda. Estampa referida a la obra de 
"Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores"

Vitrina conteniendo muñecos de guiñol a los que tanto se aficionó Federico después de que unos titiriteros pasaran por el pueblo y los viera hacer representaciones de este tipo de teatrillo.

Federico, con gran talento para la declamación, era muy aficionado a hacer representaciones antes sus hermanos y primos, familiares, criadas de la casa, jornaleros, vecinos...

Teatro de guiñol instalado en un almacén del cortijo que tiene entrada por el patio de la casa.

En la parte posterior de la vivienda hay una serie de almacenes y espacios en los que se ha recreado, con útiles y aperos de labranza, el estilo de lo que era la vida en un cortijo, en la época que vivió allí Federico.

En ocasiones, y en la actualidad, el patio del cortijo se utiliza para representaciones y actos culturales organizados por el Ayuntamiento y relacionados con la obra lorquiana.



En este rincón del patio hay una placa que cita la adquisición de la casa por el Ayuntamiento, en 1992.

Pozo situado en la salida posterior de la casa. Está cubierto de un emparrado muy bonito pero que en estas fechas de frío invierno está solo el armazón de hierro y las guías de la vid desprovistas de hojas.

Hay una placa que recuerda el paso por las estancias de la casa y cortijo, del pintor granadino José Ortuño, a cuya página web ( que acabo de descubrir) remito porque contiene unas pinturas de gran belleza y supone una visión muy artística de la casa-museo de Valderrubio.

Antes de terminar la visita y salir por el portalón lateral que hay en el patio, dejé constancia en una foto de mi paso por esta casa- museo, de sabor tan lorquiano, en la que vivió Federico en su niñez y que inspiró obras suyas tan importantes como "La casa de Bernarda Alba".

Hacia un día muy frío (llevaba puesto un jersey grueso y traje de chaqueta por debajo del chaquetón). Faltaba la belleza de los emparrados sobre las puertas de la vivienda en el patio y el esplendor y color de las flores adornando los tiestos.

En el exterior, los chopos que siguen el curso del río Cubillas, mostraban su blanca desnudez... La niebla y los restos de nieve ofrecían un paisaje melancólico y lleno de nostalgia. De regreso a la ciudad de Granada, me vino a la mente la muerte del poeta, en Viznar, asesinado, víctima de una cruel Guerra Civil, un 19 de agosto de 1936, dejando truncada una vida llena de sensibilidad y de arte. Todos hemos perdido porque Federico Garcia Lorca era de todos.

A Lorca le hemos conocido, los de mi generación, antes de saber su nombre y sin haberlo leído porque sus poemas estaban en las canciones que escuchábamos cantar en nuestras casas, desde pequeños... Canciones trágicas a veces, apasionadas, dramáticas, líricas... ¡siempre hermosas y populares!

*  *  *

Por el cielo va la luna.

Al regresar de Granada, ya en casa, he ido a rebuscar entre mis libros los poemas de Lorca y el primero que me encuentro es el "Romancero gitano", de una edición de 1953, con las hojas amarillas por el paso del tiempo... Y me quedo con el primer poema: "Romance de la Luna, Luna".

(Pinchar en el texto para ampliar)

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Como sigo afectada con el tema de Gaza, al instante he asociado los versos de Lorca con el motivo de una foto aparecida en la prensa de hoy. Un niño palestino muerto, es llevado en brazos de un hombre de su familia que llora y grita su dolor al viento...

..."Por el cielo va la luna
con un niño de la mano"...

                                                                            

..."Dentro de la fragua lloran,
dando gritos los gitanos"...

Para los que conozcáis menos los poemas de Lorca, dejo  este "Romance de la Luna, Luna", en la voz de un gitano grandioso, inolvidable cantaor de flamenco, Camarón de la Isla. 

Y para todos los niños, a los que aún les late el corazón y la vida, a los que las guerras y la pobreza amenazan con quitarles la vida y los sueños, les dedico una nana que interpreta Federico al piano y que canta La Argentinita (versión original de 1931 en la que , de fondo, puede oírse el sonido de la aguja surcando el vinilo).

¡Que todos los niños tengan hermosos sueños y disponibles los brazos de sus padres, libres y sanos, para protegerlos!