Una muestra del arte popular de los "oleiros" gallegos (alfareros)
Tierra de los alfareros
Sabéis que el mes pasado estuve pasando los carnavales por las Tierras de Lemos, en la provincia de Lugo, con los "Amigos de los Museos de Galicia", y que nuestra actividad no se redujo solamente a las fiestas del Entroido Ribeirao y del Oso de Salcedo, como ya os conté en este blog, sino que dedicamos tiempo igualmente para gozar del paisaje, visitar iglesias y monasterios, y conocer "in situ", el quehacer artístico de un oleiro de Gundivós, joven y entusiasta, Elías González Prieto, el último (esperemos que por poco tiempo pues es de desear que alguien más le siga) de una vieja saga de hombres y mujeres que han trabajado el barro con sus manos, desde el tiempo de los romanos, haciendo que la parroquia de Santiago de Gundivós, así como otras del municipio de Sober, en el que aquélla se sitúa, fuese conocida como "terra dos cacharreiros".
Hay suficientes datos que avalan la antigüedad de los oleiros o cacharreiros (los que hacen ollas, vasijas y cacharros de uso doméstico y para el transporte de líquidos y granos) en estas tierras, que ya elaboraban las vasijas que contenían el vino que desde la Ribeira Sacra se enviaba a Roma en tiempos del Imperio.
El uso del barro se mantuvo en esta zona y era muy frecuente disponer de elementos de alfarería, tanto en el uso doméstico como comercial, siendo fácil encontrar en las ferias de la zona, gran variedad de piezas de barro: "meleiras" (cacharros para la miel), cántaros, pucheros, barreños, "xarros", (jarros para el vino, una de las piezas más populares), "cuncas" (tazas), también para beber el vino, "ámboas" (especie de tinajas pequeñas para el vinagre), escurre-cubas, etc. La mayor parte de estos cacharros, especialmente los que se dedicaban para contener y beber vino, eran conocidos como "cerámica negra", puesto que este era el color que se le daba mediante un procedimiento de ahumado, al que se añadía un vitrificado en su interior.
La producción proveniente de estos oleiros de Gundivós se interrumpió, casi hasta desaparecer, durante las décadas de los 5o y 6o, con la proliferación de los envases de cristal y plástico, pero a pesar de ello luego fue retomada, con ilusión, a partir de los 70, por un grupo entusiasta de oleiros de Gundivós, que volvieron a elaborar, con las técnicas y métodos tradicionales, las piezas clásicas, siendo muy apreciadas su presencia en las ferias artesanales y buscadas por los coleccionistas que disfrutan del arte popular. Han sido muy conocidos, entre otros, los alfareros Agapito y Obdulia (Lula), que fueron los últimos en ofrecer al público sus trabajos.
*- Elías González Prieto, oleiro de Gundivós.
¿Último de una saga o, simplemente, el primero del siglo XXI?
El grupo de Amigos de los Museos de Galicia ya habían visitado con anterioridad a alfareros de Gundivós pero yo nunca había tenido ocasión y he celebrado enormemente esta oportunidad de conocer a Elías y de visitar el Centro Oleiro de Gundivós, creado por él, en la que fue rectoral de la parroquia, bellísima casona que data del año 1750, y que con gran esfuerzo Elías compró al Obispado de Lugo cuando fue puesta a la venta. En él ha establecido los talleres, sala de ventas, de exposición, etc. y aquí tiene previsto crear un centro de formación con talleres para el aprendizaje de la alfarería, con la ilusión de encontrar seguidores de este ancestral oficio y posibles sucesores que mantengan el espíritu oleiro de Gundivós. Elías tiene estudios de Formación Profesional y ha trabajado en otros lugares pero finalmente optó y apostó, de forma decidida y con tesón, por retomar el tradicional oficio de alfarero y de crear este Centro, con el propósito de que Gundivós recupere su pasado prestigio. ¡ Merece conseguirlo! Los pasos más importantes están ya dados, ahora solo hace falta que algunos otros jóvenes quieran seguir los pasos de Elías.
Era martes de Carnaval. Salimos temprano del hotel para contemplar los Cañones del Sil desde los miradores de Bolmente, (la contemplación del Sil es algo ineludible cuando se se anda por tierras de la Ribeira Sacra), pero debido a la niebla reinante con que amaneció el día, invertimos el orden y nos dirigimos en primer lugar a visitar el Centro Oleiro de Gundivós.
Allí nos recibió Elías, el único oleiro del lugar, esperemos que pronto tenga seguidores. Es un joven alto, de rostro amable, educado, culto y muy atento, pues aunque ese día tenía otras obligaciones aguardándole nos dedicó parte de su tiempo de ocio para enseñarnos el Centro e incluso hacernos una demostración de como se vitrifican os "xarros" para el vino, poniéndolos al calor de un fuego hecho a base de ramas de "carqueixa" (especie de arbustos del tipo de los brezos), para luego verter sobre su interior una pez formada por resinas naturales, principalmente de pino.
Podéis acompañarme en la visita.
Hay suficientes datos que avalan la antigüedad de los oleiros o cacharreiros (los que hacen ollas, vasijas y cacharros de uso doméstico y para el transporte de líquidos y granos) en estas tierras, que ya elaboraban las vasijas que contenían el vino que desde la Ribeira Sacra se enviaba a Roma en tiempos del Imperio.
El uso del barro se mantuvo en esta zona y era muy frecuente disponer de elementos de alfarería, tanto en el uso doméstico como comercial, siendo fácil encontrar en las ferias de la zona, gran variedad de piezas de barro: "meleiras" (cacharros para la miel), cántaros, pucheros, barreños, "xarros", (jarros para el vino, una de las piezas más populares), "cuncas" (tazas), también para beber el vino, "ámboas" (especie de tinajas pequeñas para el vinagre), escurre-cubas, etc. La mayor parte de estos cacharros, especialmente los que se dedicaban para contener y beber vino, eran conocidos como "cerámica negra", puesto que este era el color que se le daba mediante un procedimiento de ahumado, al que se añadía un vitrificado en su interior.
La producción proveniente de estos oleiros de Gundivós se interrumpió, casi hasta desaparecer, durante las décadas de los 5o y 6o, con la proliferación de los envases de cristal y plástico, pero a pesar de ello luego fue retomada, con ilusión, a partir de los 70, por un grupo entusiasta de oleiros de Gundivós, que volvieron a elaborar, con las técnicas y métodos tradicionales, las piezas clásicas, siendo muy apreciadas su presencia en las ferias artesanales y buscadas por los coleccionistas que disfrutan del arte popular. Han sido muy conocidos, entre otros, los alfareros Agapito y Obdulia (Lula), que fueron los últimos en ofrecer al público sus trabajos.
*- Elías González Prieto, oleiro de Gundivós.
¿Último de una saga o, simplemente, el primero del siglo XXI?
El grupo de Amigos de los Museos de Galicia ya habían visitado con anterioridad a alfareros de Gundivós pero yo nunca había tenido ocasión y he celebrado enormemente esta oportunidad de conocer a Elías y de visitar el Centro Oleiro de Gundivós, creado por él, en la que fue rectoral de la parroquia, bellísima casona que data del año 1750, y que con gran esfuerzo Elías compró al Obispado de Lugo cuando fue puesta a la venta. En él ha establecido los talleres, sala de ventas, de exposición, etc. y aquí tiene previsto crear un centro de formación con talleres para el aprendizaje de la alfarería, con la ilusión de encontrar seguidores de este ancestral oficio y posibles sucesores que mantengan el espíritu oleiro de Gundivós. Elías tiene estudios de Formación Profesional y ha trabajado en otros lugares pero finalmente optó y apostó, de forma decidida y con tesón, por retomar el tradicional oficio de alfarero y de crear este Centro, con el propósito de que Gundivós recupere su pasado prestigio. ¡ Merece conseguirlo! Los pasos más importantes están ya dados, ahora solo hace falta que algunos otros jóvenes quieran seguir los pasos de Elías.
Era martes de Carnaval. Salimos temprano del hotel para contemplar los Cañones del Sil desde los miradores de Bolmente, (la contemplación del Sil es algo ineludible cuando se se anda por tierras de la Ribeira Sacra), pero debido a la niebla reinante con que amaneció el día, invertimos el orden y nos dirigimos en primer lugar a visitar el Centro Oleiro de Gundivós.
Allí nos recibió Elías, el único oleiro del lugar, esperemos que pronto tenga seguidores. Es un joven alto, de rostro amable, educado, culto y muy atento, pues aunque ese día tenía otras obligaciones aguardándole nos dedicó parte de su tiempo de ocio para enseñarnos el Centro e incluso hacernos una demostración de como se vitrifican os "xarros" para el vino, poniéndolos al calor de un fuego hecho a base de ramas de "carqueixa" (especie de arbustos del tipo de los brezos), para luego verter sobre su interior una pez formada por resinas naturales, principalmente de pino.
Podéis acompañarme en la visita.
Centro Oleiro de Gúndivos, situado a la derecha del crucero. El cielo está blanco debido a la niebla existente en aquella hora temprana, de mañana otoñal.
Elías esperaba en el interior para mostrarnos el Centro y explicarnos todo.
Detalles del patio de entrada.
Rincón de trabajo y espacio para demostraciones.
Elías prende fuego a la "carqueixa" para calentar un "xarro" y enseñarnos el proceso de vitrificado.
Sobre el interior del xarro calentado, deposita cuidadosamente polvos de resina que, al contacto con el barro caliente, se vitrifican dando a la pieza un acabado brillante que resalta su color negro.
Colección de piezas antiguas de alfareros de Gundivós. Algunas de más de cien años.
La belleza de la sencillez.
La decoración de las piezas, hechas con barro autóctono, y trabajadas sobre una rueda de madera o torno manual bajo, por el método de " churros" superpuestos, es muy sencilla. Los adornos se denominan "bincos" (especie de aros figurados a modo de cordón) y "bigotes", adorno que llevan a ambos lados las bocas de los jarras y cántaros.
Antes de dejar el Centro Oleiro de Gundivós, mi amiga Sagrario se empeño en que "posara" para el recuerdo. "Tu nunca estás en las fotos", me dijo. ¡Pues ahí queda ésta!.
Cuando salimos continuaba la niebla, pero a pesar de ella, y sin cielo azul, no me resistí a hacer esta foto de las viejas barricas, con reminiscencias de la tierra, como asociación anticipada de los buenos vinos que nos esperaban en la comida. Los buenos vinos de la Ribeira Sacra. Y para beberlo en plan "enxebre" (típico) me compré unas "cuncas" (tazas) negras, vitrificadas por la mano de un joven alfarero que ha conseguido dar continuidad, con elegancia y saber hacer, a la tradición de Gundivós. ¡Gracias Elías! Ha sido un placer conocer tu hermosa obra y admirar el entusiasmo que pones en ella.
Una recomendación.
Si viajáis a Galicia, por tierras de Monforte de Lemos, no olvidaros de visitar el municipio de Sober y la parroquia de Santiago de Gundivós, donde encontraréis el Centro Oleiro de Gundivós, la obra de Elías, un joven emprendedor, ilusionado por enlazar el pasado, presente y futuro de una alfarería milenaria.
Una pregunta.
¿Conocéis jóvenes formados y entusiastas, como Elías, capaces de quedarse a vivir en un pueblo o aldea, recuperando viejos oficios, restaurando el entorno, y capaces de ilusionarse con una empresa que parece imposible de sostener para construir su futuro y recuperar una tradición que estaba prácticamente perdida?
Si viajáis a Galicia, por tierras de Monforte de Lemos, no olvidaros de visitar el municipio de Sober y la parroquia de Santiago de Gundivós, donde encontraréis el Centro Oleiro de Gundivós, la obra de Elías, un joven emprendedor, ilusionado por enlazar el pasado, presente y futuro de una alfarería milenaria.
Una pregunta.
¿Conocéis jóvenes formados y entusiastas, como Elías, capaces de quedarse a vivir en un pueblo o aldea, recuperando viejos oficios, restaurando el entorno, y capaces de ilusionarse con una empresa que parece imposible de sostener para construir su futuro y recuperar una tradición que estaba prácticamente perdida?
Enlaces de interés:
"El último alfarero de Gundivós"
"La oleria ancestral de Gundivós"
26 comentarios:
Pues muchas Felicidades a Elías y a ti, por supuesto!
Me quedo con la idea que no es el último, sino el primer alfarero del siglo XXI el precursor, el que mantendrá viva esta tradición.
Y como ya me traías con la inquietud, pues al parecer inauguro una vez más tu post.
Por el momento no recuerdo ni conozco a alguien como Elías; aquí se trabaja el barro en Ticul, un poblado relativamente cercano a Mérida, y me tomaré la tarea de investigar con relación al tema, espero no te incomode, creo que así podremos mirar desde nuestros propios contextos y compartirlo, te parece?
Encontré una palabra "puchero"; aquí la usamos para denominar un guiso que preparamos para comer los domingos por lo general...
Gracias por tus enseñanzas amiga linda y ya te sigo!
Un gran abrazo!
Mujer...te envidiooooooo!!!!!
Amo esos lugares donde se hace alfareria, y tù que lo describes como los dioses, un post maravilloso, ni hablar de las fotos...guapa al fìn se te ve!
El norte argentino tambièn es cuna de alfareros, cacharros indìgenas y post hispanos se encuentran en tiendas maravillosas que perduran en el tiempo.
Un abrazo grande mi querida Chela.
Que lugares tan bellos y que cosas interesantes nos haces conocer!!!
Las fotos preciosas y... tu tambièn!!!!
Gracias :D
!Que maravilla! como me gusta las obras de barro, es un auténtico arte manual felicitaciones para Elias y a ti muy especialmente por hacernos llegar tan bello arte como és ña de alferero, espero disfrutarlo muchos años.CUANDO VAYAMOS POR ESA TIERRA TAN BONITA, NO DUDES QUE PASARÉ POR gUNDIVOS.
Hace año hicimos el Camino de Santiago desde Poncerrada la experiencia fué única por su contenido y sus paisajes tan preciosos de esa Galicia tan desconocida.
Gracias por toda esta información y fotografias que nos regalas tan habitualmente.
besitos
luna
Elías:
¡Feliz día del artesano!
El 19-3 es el día de San José Obrero, carpintero y se celebra el día del artesano. Ese día, antes de la misa, los asistentes llevan sus herramientas de trabajo que son bendecidas, augurando un buen año de trabajo.
Elías une dos amores, a su tarea de alfarero y a su tierra.
Muchos jóvenes emigran buscando un futuro mejor en las grandes ciudades, pero otros siguen con su labor silenciosa, pero magnífica y tienen la suerte de que los visitantes hagan conocer lo realizado. Puede ser el último de una generación y la antorcha de la siguiente. En Argentina, mi país, se enseña en algunas escuelas y se reciben de artesanos. Otros siguen la tradición familiar.
Gracias Chela por acercarnos a este joven artesano.
Cariños, SUsana
Un sitio precioso Gundivós. Algún día tendre que volver por allí. Bonito reportaje, como siempre. Un beso y feliz fin de semana que aquí hacemos puente.
En Asturias también se fabrica una cerámica negra, la de Llamas de Mouro, en Cargas del Narcea.
Haces unos viajes estupendos recorriendo Galicia.
Un abrazo
Chela, ayer creí dejarte un comentario, veo que se me perdió.
Miraba esa casa de piedra y pensaba que así era la de los abuelos de mi papá, por las descripciones que hacían él y mi abuelo...¿qué será de aquella?
Aquí todavía quedan alfareros, se pueden conseguir piezas, en las provincias más. Son artes milenarias y es lindo que se conserven y trasmitan, como las de tejidos artesanales, los telares, no deben perderse. Aquí también hay escuelas.
Te cuento que en un viaje que hice a Jujúy, fui acompañada por unos niños de la zona hasta un antigal, donde habían morado antiguos indígenas, allí por un pequeño accidente...me paré muy en la orilla y se desmorronó esa parte, con tan buena fortuna, que había como un escalón natural y la tierra que caía me amortiguó el golpe. Allí quedaron al descubierto, pedazos de vasijas de barro, una ollita entera y encontramos puntas de flechas de los antiguos habitantes, que las entregamos al museo, yo estaba muy emocionada por el hallazgo...y un poco dolorida por el golpe.
Me encantó este paseo tuyo, y la bonita colección que poseen, creo que uno valora más cuando las conoce de esta manera.
Precioso paseo, Chela, siento que voy en tu bolso, escondida y disfrutando de todo!
Gracias, querida amiga, por tu visita y los recuerdos...también eso somos ¿verdad?
Un fuerte, muy fuerte abrazo
desde esta tardecita cálida y hermosa, en que se hace presente el nuevo otoño, mientras te visita a vos la exuberante primavera con brotes nuevos y capullos.
¡Que la disfrutes plenamente!
Hola Chela:
Como siempre los tuyos son verdaderos reportajes, completos e ilustrativos.
He terminado por sentirme alfarero.
Allá se les acerca la primavera. Acá el otoño, pero cada estación tiene su encanto.
Cariños.
Respondiendo a tu última pregunta, sí. Conozco una persona muy cercana a mi y muy joven que ha preferido irse a vivir de su artesanía a un pueblo perdido de España antes que vivir de lo que ha estudiado, diseño web. Olé sus bemoles.
Gracias por toda la información, se te ve muy bien en la foto. De toda la información que das la que más me ha sorprendido ha sido conocer que la cerámica negra es mediante ahumado. Pensaba que era arcilla oscura.
Abrazos, querida amiga.
Hola Chela,
No sé que pasa con los blogs, me es muy difícil entrar y también me dicen que el mío está fatal, no entiendo.
Hoy parece que funciona, aunque no me fío, pues cuando mando el comentario se pierde todo.
Bien, excelente post, como todos los tuyos, y unas fotos estupendas.
La verdad, no conozco a nadie como Elias, aunque a veces en reportajes por tv salen personas que siguen algunos de sus pasos.
Muchos besitos
Ademas de fantástico, el post nos dice que estamos frente a una gran fotógrafa....felicidades.
jaume
hola!es un placer visitarte...hermoso pots,bellas fotos...
gracias por compartir..
besotes .cuidate
silvia cloud
Chela, cada vez que nos haces un reportaje de tu faceta viajera, me dan ganas de apuntarme e ir contigo a todas.
:)
Besos!
Aquí tenemos un pueblo a 4 km. del mío,Navarrete, famoso por su alfarería de hecho el alfarereo Naharro tiene varios premios nacionales, de vez en cuando me gusta ir a su alfarería a verle trabajar y de paso ver todas las maravillas que tiene en su almacén.Saludos charo
Soy un ignorante pues tengo que confesar que no sabía nada de este tema.
Dentro de unos minutos me iré para la cama y puedo decir que se cumnple el refrán:
Nunca te acostarás sin aprender una cosa màs
A Toupeiro:¡de ignorante nada!
Yo hace muchos años que no viajaba y ahora estoy retomando Galicia y disfruto un montón descubriendo cosas que "tenía pendientes". Esta alfarería era ya muy conocida por los aficionados pero yo no había tenido oportunidad de visitar Gundivós. Y aún tengo muchos sitios pendientes.
Me encantan estas pequeñas excursiones, sobre todo por zonas rurales del interior, que conozco menos.
Un saludo cariñoso.
Hla Chela,
Que blog más bonito tienes, me gusta mucho y muy completo.
Excelente relato y buenas fotos.
Un abrazo
A Goathemala:
Para una mejor explicación sobre el color negro de las piezas de esta cerámica me remito a esta página del Ayuntamiento de Sober, al que pertenece la parroquia de Gundivós.
http://www.concellodesober.com/cast/oleria.asp
Un saludo.
ahhh, yo me quedo con esa casa de piedra, uff, hace un tiempo que estoy con la idea, que quiero una casa de piedra, jajjj.
un beso
Hola mi querida Chela, cuánto tiempo sin pasar a visitarte! Me encuentro como siempre con un montón de cosas interesantes, haces que me den ganas de visitar tu tierra como primer destino en mi próximo viaje a España. Muchas gracias por compartir tus experiencias y documentarlas tan bien. Cómo has estado? qué tal tu salud, todos bien en casa? te mando un fuerte abrazo y todo mi cariño!
Me encantan tus artículos, voy viajando con ellos como si estuviera en Galicia.
Seguro que Elías González Prieto no va a ser el último de la saga, cuando lean esta crónica, habrá gente que se apunte a recibir clases de alfarero y la tradición continuará.
¡Oye! tenía pendiente visitar Galicia, pero desde casa la estoy viendo mucho mejor.
Un gran abrazo.
A unjubilado:
Estaría encantada de enseñaros sitios de Galicia si os animáis a venir por aquí.
Un saludo.
Mañana me voy a pasar el día al pueblo de mi madre. En la parroquia de Doade, del Ayuntamiento de Sober, a escasos 8 km de Gundivós. Si hago fotos, te haré llegar alguna de ellas.
Bsotes
Hola! estaba interesada en ponerme en contacto con Elías porque su comentario ha despertado mi curiosidad, así que me preguntaba si sería posible que unas amigas y yo pudieramos ver como hace las piezas de cerámica. Por favor, si no es mucha molestia y si dispone de su teléfono o email de contacto, mándamelo a albasilgo@hotmail.com
Al alfarero Elias González Prieto, se le localiza en la Antigua Casa rectoral de Gundivós. Ayuntamiento de Sober (Lugo). Su teléfono es el 626 966 280.
No tengo su mail y me parece, al menos hasta hace poco que no tenian cobertra de Internet en la zona.
Un saludo.
Publicar un comentario