"Una historia de amor y oscuridad"
Los libros siempre han sido algo muy importante para mí, desde la infancia, como ya os contaba el año pasado, en otro post, conmemorativo del Día del Libro. Pero ahora no voy a repetirme relatando las mismas o parecidas experiencias personales en relación al mundo de los libros y su lectura.
Esta vez he optado por daros cuenta de un libro, al que yo llego un poco tarde pero que es el que tengo ahora sobre la pequeña mesa camilla, en el cuarto de estar, junto a mi gastada butaca, para la lectura de sobremesa. Se trata de un libro que, verdaderamente, me está entusiasmando, sobre todo por su belleza literaria, por la cuidada redacción, casi poética en ocasiones, de la mayoría de sus pasajes, descriptos con todo lujo de detalles, tanto en lo referente a las emociones, sentimientos y comportamientos de los personajes que desfilan por el libro, y que constituyen su trama principal, como por los ambientes en que se desenvuelven sus vidas. Y de fondo, una constante, la historia de varias generaciones de judíos: familiares, vecinos y amigos, del autor, además de él mismo, que transcurren paralelamente a la historia de la creación y existencia del Estado de Israel.
Me estoy refiriendo a la novela autobiográfica o biografía novelada, como queramos decir, titulada "Una historia de amor y oscuridad", obra escrita en hebreo por el israelí Amos Oz, en 2002, traducida al español por Raquel García Lozano, y publicada por la Editorial Siruela, primera edición en 2004 y segunda en 2007, que es la yo estoy leyendo.
Ese niño de la portada.
Su destacada y ardiente defensa en aras de la paz, le ha valido, en el año 2004, el Premio Internacional de Cataluña, que otorga la Generalitat Catalana, cada año, a figuras destacadas internacionalmente en diversos ámbitos. Dicho premio se otorgó ese mismo año, además de Amos Oz, al palestino Sari Nusseibeh, filósofo y profesor islámico. Ambos son activistas en pro de los derechos humanos y luchan, con la pluma y con la palabra, para la reconciliación árabe-israelí, por la paz de sus pueblos, la creación del estado palestino y la coexistencia y cooperación de los dos Estados, en buena vecindad: Israel y Palestina.
En el Día del Libro
Como decía, y para conmemorar este Día, he elegido la obra de Amos Oz, "Una historia de amor y oscuridad" porque además de ser la que tengo actualmente como lectura, tiene preciosos párrafos dedicados a los libros, a su contenido, a su ordenación en los estantes de las librerías domésticas, al hecho que supone escribirlos, a los sentimientos que te provocan cuando los lees...
Me permito incluir aquí unos fragmentos al respecto de esto que os digo, aunque ya sabéis que siempre se pierde un poco cuando se sacan del contexto que forman el resto de los párrafos y páginas del libro.
Los libros "hacen" hogar y crean ambiente.
"Lo único abundante en casa eran los libros: había libros de pared a pared, en el pasillo, en la cocina, en la entrada, en los alféizares de las ventanas, en todas partes. Miles de libros en cada rincón de la casa. Se tenía la sensación de que si las personas iban i venían, nacían y morían, los libros eran inmortales. Cuando era pequeño, quería crecer y ser libro. No escritor, sino libro: a las personas se las puede matar como a hormigas. Tampoco es difícil matar a los escritores. Pero un libro, aunque no se elimine sistemáticamente, tiene la posibilidad de que un ejemplar se salve y siga viviendo eterna y silenciosamente en una estantería olvidada de cualquier biblioteca perdida de Reykjavik, Valladolid o Vancouver". (Pág. 33)
Los padres, como "modelos" de aprendizaje y estímulo.
..."mi padre tenía una relación sensual con los libros. Le gustaba, escudriñarlos, acariciarlos, olerlos. Le excitaban los libros, no podía contenerse, enseguida les metía mano, incluso a los libros de personas desconocidas. Es cierto que los libros de antes eran mucho más sexy que los de ahora: tenían qué oler y qué acariciar y tocar. Había libros con letras de oro estampadas sobre las aromáticas pastas de piel, algo ásperas al tacto, pero que hacían que te recorriera un escalofrío como cuando se toca algo intimo e inaccesible algo que se estremece y tiembla al contacto de tus dedos. Y había libros que tenían tapas de cartón forradas de tela y pegadas con una cola que tenía un olor asombrosamente sensual. Cada libro tenía un olor propio, secreto y excitante. Algunas veces la tela estaba un poco separada del cartón y se movía como una falda atrevida, era difícil evitar mirar por el espacio oscuro que había entre el cuerpo y la ropa y respirar allí aromas de vértigo". (Pág. 33)
"¿Como se titulaba el primer libro que leí yo solo? Es decir, mi padre me lo leyó muchas veces antes de dormir, hasta que al parecer me lo aprendí de memoria, palabra por palabra, y una vez que mi padre no pudo contármelo, me llevé el libro a la cama y lo recité entero, desde la primera hasta la última palabra, haciendo que leía, imitando a mi padre, pasando la página justo entre esas dos palabras entre las que mi padre pasaba la página todas las noches" (Pág. 341)
"Cuando tenía unos seis años, llegó un gran día para mi: mi padre me hizo un hueco en una de sus vitrinas y me permitió trasladar allí mis libros. (...) Abracé todos mis libros, que hasta entonces habían estado tendidos en una banqueta junto a mi cama, los llevé en brazos a la vitrina de mi padre y los puse de pie, como es debido, de espaldas al mundo exterior y de cara a la pared. Fue toda una ceremonia de iniciación: una persona cuyos libros están de pie ya no es un niño, sino un hombre. Yo ya era como mi padre. Mis libros ya estaban de pie". (pág. 34)
Todo está en los libros. El conocimiento adquirido a través de la letra impresa.
..."Los libros me permitieron conocer tierras de nadie vertiginosas, comarcas de sombras entre lo permitido y lo prohibido, entre lo legítimo y lo excéntrico, entre lo normativo y lo bizarro. Esta lección me ha acompañado todos estos años. Cuando llegó la hora del amor, ya no era un completo principiante..."(pág. 35)
La ardua labor del escritor. La arquitectura de las palabras
"Para escribir una novela de ochenta mil palabras debo tomar algo así como un cuarto de millón de decisiones: no sólo decisiones sobre el boceto de la trama, quién vivirá y quién morirá, quién amará y quién traicionará, quién se hará rico o se volverá loco, cuáles serán los nombres de los personajes, cómo serán sus caras y cuáles sus costumbres y ocupaciones, cómo dividirla en capítulos, cuál será el título del libro (ésas son las decisiones sencillas, las decisiones más burdas); y no sólo cuándo contar y cuándo silenciar, qué va antes y qué va después, qué revelar al detalle y que sólo con alusiones (también ésas son decisiones bastantes burdas), sobre todo se deben tomar miles de decisiones sutiles, como, por ejemplo, si poner ahí, en la tercera frase hacia el final del párrafo, azul o azulado. O celeste. O celeste oscuro. O tal vez azul ceniza. ¿Y poner ese azul ceniza al comienzo de la frase? ¿O mejor que estalle al final de la frase? ¿O en medio? ¿O que sea una frase breve independiente, un punto delante, un punto y una nueva línea detrás? ¿O no? ¿O es mejor que ese azul se sumerja en la arrastradora corriente de una frase compuesta y tortuosa, con muchos miembros y abundantes subordinaciones? o tal vez lo mejor sería escribir sencillamente cuatro palabras, "luz de la tarde", y no teñir esa luz de la tarde de ningún gris azulado ni ningún celeste polvoriento."
Los libros, excelentes amigos.
..."mi madre me dijo que es cierto que los libros pueden cambiar con los años igual que las personas cambian con el tiempo, pero que la diferencia está en que casi todas las personas al final te abandonan a tu suerte, cuando llega un día en que no obtienen de ti ningún provecho o ningún placer o ningún interés o al menos algún buen sentimiento, mientras que los libros jamás te abandonan. Tú los abandonas a ellos a veces, y a algunos incluso los abandonas durante muchos años, o para siempre. Pero ellos, los libros, aunque los hayas traicionado, jamás te dan la espalda: en completo silencio y con humildad te esperan en la estantería. Te esperan incluso decenas de años. No se quejan. Hasta que una noche, cuando de pronto necesitas uno, aunque sea a las tres de la madrugada, aunque sea un libro que has rechazado y casi has borrado de tu mente durante muchos años, no te decepciona y baja de la estantería para estar contigo en ese duro momento. No echa cuentas, no inventa excusas, no se pregunta si le conviene, si te lo mereces y si aún tienes algo que ver con él, sencillamente acude de inmediato cuando se lo pides. Jamás te traiciona."
Hay muchas más citas referentes a los libros, todas hermosas, como son hermosos todos los pasajes y descripciones que de los ambientes y personajes hace el autor de "Una historia de amor y oscuridad". Y tiernos e irónicos, unas veces, y profundos, vitales y sentimentales, otras, son las reflexiones sobre sus propias vivencias infantiles y adultas. Este libro es literatura de la mejor calidad. Os lo recomiendo (lo hay también en edición de bolsillo). A mi me lo facilitaron en el taller de lectura al que asisto semanalmente, pero hoy me lo voy a comprar y regalármelo para celebrar el Día del Libro.
Sumergirse en la historia de un libro, es vivir con sus personajes, participar de sus vidas, entrar en sus casas, sentarse a su mesa, ser presentados a sus familiares, conocer a las personas con las que tienen una experiencia de amor, ser testigos de su intimidad, y penetrar, en silencio, en su corazón para compartir sus emociones y sentimientos.
Leer un libro es vivir una aventura que, necesariamente, no siempre concuerda con la que el autor escribe, pues el lector, con sus propias connotaciones, personalidad, sentimientos y experiencias, elabora y adapta, mentalmente, su propia aventura.
Lo que cuenta el escritor es un punto de partida para el lector, un referente con el que contrastar las propias vivencias.
Espero que "Una historia de amor y oscuridad" suscite (o bien haya suscitado, si ya lo habéis leído) tantas bellas emociones como me ha suscitado a mí. Ya me contaréis.
¿Y habéis ya leído "La Casa de papel" , ese curioso, pequeño y entretenido libro, de Carlos María Domíngez, que recomendé el año pasado, en el que los libros ocupan un destacado e interesante protagonismo? Si no lo habéis hecho os lo recomiendo de nuevo. Se lee de un tirón.
Anexo: 28 de diciembre de 2018
Acabo de enterarme por la radio del fallecimiento de AMOS OZ, uno de mis autores favoritos. Su libro "Una historia de amor y oscuridad", comentado en esta página, ocupa un lugar destacado en mi biblioteca.Incluso ayer mismo recomendé su lectura a a una amiga.
Recordaré siempre al escritor AMOS OZ. ¡Descanse en paz!
Esta vez he optado por daros cuenta de un libro, al que yo llego un poco tarde pero que es el que tengo ahora sobre la pequeña mesa camilla, en el cuarto de estar, junto a mi gastada butaca, para la lectura de sobremesa. Se trata de un libro que, verdaderamente, me está entusiasmando, sobre todo por su belleza literaria, por la cuidada redacción, casi poética en ocasiones, de la mayoría de sus pasajes, descriptos con todo lujo de detalles, tanto en lo referente a las emociones, sentimientos y comportamientos de los personajes que desfilan por el libro, y que constituyen su trama principal, como por los ambientes en que se desenvuelven sus vidas. Y de fondo, una constante, la historia de varias generaciones de judíos: familiares, vecinos y amigos, del autor, además de él mismo, que transcurren paralelamente a la historia de la creación y existencia del Estado de Israel.
Me estoy refiriendo a la novela autobiográfica o biografía novelada, como queramos decir, titulada "Una historia de amor y oscuridad", obra escrita en hebreo por el israelí Amos Oz, en 2002, traducida al español por Raquel García Lozano, y publicada por la Editorial Siruela, primera edición en 2004 y segunda en 2007, que es la yo estoy leyendo.
Ese niño de la portada.
Es Amos Oz, el autor del libro, nacido en 1939 en Jerusalén, fue Premio Israelí de Literatura, en 1998 y Premio Cultural Goethe, en 2005, en Frankfurt (Alemania), por el conjunto de su obra, debido a "su variedad temática y su virtuosidad estilística, que hacen de él uno de los autores contemporáneos más importantes". En España, ha sido Premio Príncipe de Asturias de las Letras, en el 2007. Y estos no son los únicos premios que ha recibido como escritor.
(Amos Oz. Foto de Wikipedia. Internet)
Su destacada y ardiente defensa en aras de la paz, le ha valido, en el año 2004, el Premio Internacional de Cataluña, que otorga la Generalitat Catalana, cada año, a figuras destacadas internacionalmente en diversos ámbitos. Dicho premio se otorgó ese mismo año, además de Amos Oz, al palestino Sari Nusseibeh, filósofo y profesor islámico. Ambos son activistas en pro de los derechos humanos y luchan, con la pluma y con la palabra, para la reconciliación árabe-israelí, por la paz de sus pueblos, la creación del estado palestino y la coexistencia y cooperación de los dos Estados, en buena vecindad: Israel y Palestina.
En el Día del Libro
Como decía, y para conmemorar este Día, he elegido la obra de Amos Oz, "Una historia de amor y oscuridad" porque además de ser la que tengo actualmente como lectura, tiene preciosos párrafos dedicados a los libros, a su contenido, a su ordenación en los estantes de las librerías domésticas, al hecho que supone escribirlos, a los sentimientos que te provocan cuando los lees...
Me permito incluir aquí unos fragmentos al respecto de esto que os digo, aunque ya sabéis que siempre se pierde un poco cuando se sacan del contexto que forman el resto de los párrafos y páginas del libro.
Los libros "hacen" hogar y crean ambiente.
"Lo único abundante en casa eran los libros: había libros de pared a pared, en el pasillo, en la cocina, en la entrada, en los alféizares de las ventanas, en todas partes. Miles de libros en cada rincón de la casa. Se tenía la sensación de que si las personas iban i venían, nacían y morían, los libros eran inmortales. Cuando era pequeño, quería crecer y ser libro. No escritor, sino libro: a las personas se las puede matar como a hormigas. Tampoco es difícil matar a los escritores. Pero un libro, aunque no se elimine sistemáticamente, tiene la posibilidad de que un ejemplar se salve y siga viviendo eterna y silenciosamente en una estantería olvidada de cualquier biblioteca perdida de Reykjavik, Valladolid o Vancouver". (Pág. 33)
Los padres, como "modelos" de aprendizaje y estímulo.
..."mi padre tenía una relación sensual con los libros. Le gustaba, escudriñarlos, acariciarlos, olerlos. Le excitaban los libros, no podía contenerse, enseguida les metía mano, incluso a los libros de personas desconocidas. Es cierto que los libros de antes eran mucho más sexy que los de ahora: tenían qué oler y qué acariciar y tocar. Había libros con letras de oro estampadas sobre las aromáticas pastas de piel, algo ásperas al tacto, pero que hacían que te recorriera un escalofrío como cuando se toca algo intimo e inaccesible algo que se estremece y tiembla al contacto de tus dedos. Y había libros que tenían tapas de cartón forradas de tela y pegadas con una cola que tenía un olor asombrosamente sensual. Cada libro tenía un olor propio, secreto y excitante. Algunas veces la tela estaba un poco separada del cartón y se movía como una falda atrevida, era difícil evitar mirar por el espacio oscuro que había entre el cuerpo y la ropa y respirar allí aromas de vértigo". (Pág. 33)
"¿Como se titulaba el primer libro que leí yo solo? Es decir, mi padre me lo leyó muchas veces antes de dormir, hasta que al parecer me lo aprendí de memoria, palabra por palabra, y una vez que mi padre no pudo contármelo, me llevé el libro a la cama y lo recité entero, desde la primera hasta la última palabra, haciendo que leía, imitando a mi padre, pasando la página justo entre esas dos palabras entre las que mi padre pasaba la página todas las noches" (Pág. 341)
"Cuando tenía unos seis años, llegó un gran día para mi: mi padre me hizo un hueco en una de sus vitrinas y me permitió trasladar allí mis libros. (...) Abracé todos mis libros, que hasta entonces habían estado tendidos en una banqueta junto a mi cama, los llevé en brazos a la vitrina de mi padre y los puse de pie, como es debido, de espaldas al mundo exterior y de cara a la pared. Fue toda una ceremonia de iniciación: una persona cuyos libros están de pie ya no es un niño, sino un hombre. Yo ya era como mi padre. Mis libros ya estaban de pie". (pág. 34)
Todo está en los libros. El conocimiento adquirido a través de la letra impresa.
..."Los libros me permitieron conocer tierras de nadie vertiginosas, comarcas de sombras entre lo permitido y lo prohibido, entre lo legítimo y lo excéntrico, entre lo normativo y lo bizarro. Esta lección me ha acompañado todos estos años. Cuando llegó la hora del amor, ya no era un completo principiante..."(pág. 35)
La ardua labor del escritor. La arquitectura de las palabras
"Para escribir una novela de ochenta mil palabras debo tomar algo así como un cuarto de millón de decisiones: no sólo decisiones sobre el boceto de la trama, quién vivirá y quién morirá, quién amará y quién traicionará, quién se hará rico o se volverá loco, cuáles serán los nombres de los personajes, cómo serán sus caras y cuáles sus costumbres y ocupaciones, cómo dividirla en capítulos, cuál será el título del libro (ésas son las decisiones sencillas, las decisiones más burdas); y no sólo cuándo contar y cuándo silenciar, qué va antes y qué va después, qué revelar al detalle y que sólo con alusiones (también ésas son decisiones bastantes burdas), sobre todo se deben tomar miles de decisiones sutiles, como, por ejemplo, si poner ahí, en la tercera frase hacia el final del párrafo, azul o azulado. O celeste. O celeste oscuro. O tal vez azul ceniza. ¿Y poner ese azul ceniza al comienzo de la frase? ¿O mejor que estalle al final de la frase? ¿O en medio? ¿O que sea una frase breve independiente, un punto delante, un punto y una nueva línea detrás? ¿O no? ¿O es mejor que ese azul se sumerja en la arrastradora corriente de una frase compuesta y tortuosa, con muchos miembros y abundantes subordinaciones? o tal vez lo mejor sería escribir sencillamente cuatro palabras, "luz de la tarde", y no teñir esa luz de la tarde de ningún gris azulado ni ningún celeste polvoriento."
Los libros, excelentes amigos.
..."mi madre me dijo que es cierto que los libros pueden cambiar con los años igual que las personas cambian con el tiempo, pero que la diferencia está en que casi todas las personas al final te abandonan a tu suerte, cuando llega un día en que no obtienen de ti ningún provecho o ningún placer o ningún interés o al menos algún buen sentimiento, mientras que los libros jamás te abandonan. Tú los abandonas a ellos a veces, y a algunos incluso los abandonas durante muchos años, o para siempre. Pero ellos, los libros, aunque los hayas traicionado, jamás te dan la espalda: en completo silencio y con humildad te esperan en la estantería. Te esperan incluso decenas de años. No se quejan. Hasta que una noche, cuando de pronto necesitas uno, aunque sea a las tres de la madrugada, aunque sea un libro que has rechazado y casi has borrado de tu mente durante muchos años, no te decepciona y baja de la estantería para estar contigo en ese duro momento. No echa cuentas, no inventa excusas, no se pregunta si le conviene, si te lo mereces y si aún tienes algo que ver con él, sencillamente acude de inmediato cuando se lo pides. Jamás te traiciona."
Hay muchas más citas referentes a los libros, todas hermosas, como son hermosos todos los pasajes y descripciones que de los ambientes y personajes hace el autor de "Una historia de amor y oscuridad". Y tiernos e irónicos, unas veces, y profundos, vitales y sentimentales, otras, son las reflexiones sobre sus propias vivencias infantiles y adultas. Este libro es literatura de la mejor calidad. Os lo recomiendo (lo hay también en edición de bolsillo). A mi me lo facilitaron en el taller de lectura al que asisto semanalmente, pero hoy me lo voy a comprar y regalármelo para celebrar el Día del Libro.
Sumergirse en la historia de un libro, es vivir con sus personajes, participar de sus vidas, entrar en sus casas, sentarse a su mesa, ser presentados a sus familiares, conocer a las personas con las que tienen una experiencia de amor, ser testigos de su intimidad, y penetrar, en silencio, en su corazón para compartir sus emociones y sentimientos.
Leer un libro es vivir una aventura que, necesariamente, no siempre concuerda con la que el autor escribe, pues el lector, con sus propias connotaciones, personalidad, sentimientos y experiencias, elabora y adapta, mentalmente, su propia aventura.
Lo que cuenta el escritor es un punto de partida para el lector, un referente con el que contrastar las propias vivencias.
Espero que "Una historia de amor y oscuridad" suscite (o bien haya suscitado, si ya lo habéis leído) tantas bellas emociones como me ha suscitado a mí. Ya me contaréis.
* * *
¿Y habéis ya leído "La Casa de papel" , ese curioso, pequeño y entretenido libro, de Carlos María Domíngez, que recomendé el año pasado, en el que los libros ocupan un destacado e interesante protagonismo? Si no lo habéis hecho os lo recomiendo de nuevo. Se lee de un tirón.
* * *
Acabo de enterarme por la radio del fallecimiento de AMOS OZ, uno de mis autores favoritos. Su libro "Una historia de amor y oscuridad", comentado en esta página, ocupa un lugar destacado en mi biblioteca.Incluso ayer mismo recomendé su lectura a a una amiga.
Recordaré siempre al escritor AMOS OZ. ¡Descanse en paz!
24 comentarios:
Que bonito el parrafo dónde expones "los libros excelentes amigos" ...la verdad es que siempre estan ahí aunque los hayas abandonado ...Puedo poner el ejemplo de Los Pilares de la Tierra que no podía pasar de las primeras páginas hasta que una noche pude disfrutar de pasar de ella y beberme el libro sorbo a sorbo ...
Muy interesante el libro que aconsejas y parece muy sensible y descriptivo ...
Un saludo
Precioso post como todos los tuyos Chela.
También para mi los libros han sido siempre muy importantes y estoy acostumbrada a leer desde pequeña. Ahora paso una fase de "abandono" y tengo pendiente de leer dos libros, que son Cometas en el Cielo y El Fuego. Bueno tres, pues ahora con tu recomendación ya he tomado nota y estoy segura que lo leeré.
Feliz día de Sant Jordi Chela, en mi blog tienes una preciosa rosa que te está esperando.
Un beso
Hola amiga!
primero agradecerte por el libro de entrañables recuerdos, paseos y otros que compartes conmigo, no importa el formato, pues el contenido es lo que lo hace especial; acto seguido como siempre un postrecomendacióninvitación a disfrutar el acto de leer esta obra que se antoja por la manera de c+omo la presentas y por último (por hoy) felicitarte por este día y aunque de lejos, te dejo una rosa roja, bañada por la lluvia fresca de mi país México.
Espero poder conseguirlo aquí y leerlo.
Como siempre, recibe mi cariño!
Si, pensándolo bien, un libro es el único amigo que jamás te va a traicionar, abandonar o dar puñaladas por la espalda, y si lo has leido ya sabes de que pie cojea...jajajaja
Besos y salud
Chela
Te deseo un fin de semana que colme tus sueños!!!
Cariños
Mi querida Chela què belleza de post dedicado al libro como amigo del hombre, sinceramentre asì lo siento ya que desde muy pequeña han formado parte de mi vida; primero como cuentos de entretenimiento , luego como formacion y divertimento y actualmente como momentos gratos que aprovecho contìnuamente, hoy dìa estoy leyendo "La biblia del diablo" (El alemán Richard Dübell recoge la historia oculta tras el Códex Gigas o la Biblia del Diablo, cuyo ejemplar auténtico, de un metro de largo y más de 70 kilos de peso, se encuentra resguardado en la biblioteca Real de Estocolmo (Suecia), donde llegó hace casi 400 años, en una novela titulada con el mismo nombre.)Tomarè en cuenta tus recomendaciones, te dejo un enorme abrazo y nos estamos leyendo!!!
SIEMPRE UN BUEN LIBRO ES UNA VENTANA AL SABER.ESTE QUE RECOMIENDAS DEBE ESTAR FANTASTICO.-
FELIZ DIA.-
Estupendo post. Yo tengo guardado, entre mis lecturas favoritas, el discurso que Amos Oz dio cuado recogio el premio Principe de Asturias, me impresiono, de verdad.
Un abrazo
Cani: Me encantaria, si el discurso de Amos Oz no es muy largo y lo tienes en algún tipo de archivo fácil de enviar por e-mail, que me lo hicieras llegar. Todo lo que escribe, asi como su pensamiento, es hermoso. Tiene los pies en la tierra y la cabeza muy en lo alto. Ojalá pueda ver, antes de irse de este mundo, la creación del Estado palestino y la concordia entre los dos pueblos. ¡Seria un bien para la humanidad!
Un abrazo y un saludo para ti y para todos los que dejáis un comentario. Gracias.
yo leía mucho, ahora cada vez menos... perdí mucha de mi lectura ya que a mi mujer no la deja dormir la luz de la mesilla... y era al irme a acostar cuando mas leía... ahora... a ratos sueltos
abrazotes amiga
Gracias por tu información querida Chela, tomo nota, otro libro en mi lista de pendientes, me falta tiempo, un beso y feliz semana
holis!me encanto tu post...buena recomendación... a mi me fascina leer.gracias.
besotes.
silvia cloud
Me fascina la lectura ya que me hace pasar ratos estupendos y "vivo" a tope todas las vicisitudes de los personajes que leo,siempre tengo un libro para leer, ahora estoy con El juego del Angel de Carlos Ruiz Zafón.Saludotes.haro
Chela tu blog está lleno de "magia" para mí así que pasa por mi blog y recoge el premio violeta al blog mágico....te lo mereces.Saludos mágicos.charo
Hola Chela:
En verdad el libro viene a ser el mejor amigo del hombre, con perdón de los perros, eternos favorecidos con la expresión.
Un abrazo austral.
Por desgracia por falta de tiempo no leo mucho pero si debemos leer lo máximo posible. Un beso Chela.
Yo antes me iba comprando algún que otro libro. Si alguien me recomendaba alguno y me lo dejaba, lo empezaba a leer, y si me gustaba lo compraba para tenerlo en casa.
En la actualidad no compro ninguno, tengo un hijo filólogo que se compra del orden de 6 a 8 libros o comic semanales y me aconseja los que a mí me gustan.
Por ello siempre tengo alguno en mi mesilla.
Estoy de acuerdo contigo "Los libros, son excelentes amigos".
Un abrazo.
Hola, llego desde el blog de mi papa. Ciertamente este libro es literatura de la buena. Yo también lo comenté en mi blog de libros... De hecho me he leído toda la bibliografía de Amos Oz e incluso he escrito una guía de lectura juvenil para uno de sus libros, el cual trabajé en el colegio donde imparto clase.
Gran libro y mejor post
Hola, dejamos nuestros saludos y felicitaciones por el trabajo.. Somos de buenos aires, Argentina.
Hacemos visitas a hogares de ancianos llevando juegos y Musica entre otros... Un abrazo Puedino ...
Edy Vera (pato)
www.edyvera.com
www.gruposepuede.com
Chela:
Entrar en tu blog es pasar un momento muy ameno y salir con más saberes.
Como hace unos años en Argentina se está realizando la "Feria del Libro"
Hay además de la exposición y venta de libros, conferencias, debates, la visita y participación de escritores extranjeros.
Es muy importante y se consiguen "joyitas" a muy bajo costo.
Cariños, SUsana
Que bien lo dices Chela "el libro es el mejor amigo del hombre sin ellos no podriamos aprender tanto, ni disfrutar con tan maravillosas aventuras, relatos, histórias, pensamientos, poesia etc.etc.el libros es un buen acompañante que no te deja y te es fiel a tus ilusiones y tu ver de la vida, ¿que podría yo decirte del libro si es mi mejor compañero?.
besitos
luna
No he leído nada de Amo Oz, me dejas subyugado a pesar de que las autobiografías no es un género que me guste mucho - acabé escaldado con Pelando la cebolla de Günter Grass -. Pero las descripciones me gustan tanto que lo buscaré.
Y que bien suena la Polonesa.
Saludos.
Hola Chela, hacía mucho tiempo que no entraba a tu blog y, como siempre que lo hago, he encontrado mil cosas disfrutables para conocer. Ya tomé nota del libro de Amos Oz y pienso conseguirlo.
Quisiera saber tu opinión, si es posible, sobre Los Libros Arden Mal, de Manuel Rivas. Sucede que siempre me ha encantado este autor, pero debo confesar que me siento un poquitín desilusionada con el libraco en cuestión por más premiado y elogiado que haya sido. Simplemente no puedo acabarlo, y resulta fastidioso que un escritor al que admiro tanto me produzca semejante aburrimiento. Saluditos y gracias por tus comentarios.
Tinetta de Montevideo
A Anónimo:
Personalmente, de Manuel Rivas solamente he leido "La lengua de las mariposas", "El lápiz de carpintero" y unos cuentos cortos, que me han gustado mucho.
"Los libros arden mal" no lo he leido por el momento y por tanto no puedo opinar sobre él pero te diré que el que guste un determinado libro es algo personal, y no siempre todas las obras de un autor se mantienen en el mismo nivel ni para el autor ni para el lector.
Yo asisto a un club de lectura y es curioso como leyendo todos el mismo libro, al comentarlo en grupo, las opiniones -muy subjetivas como es natural- unas veces coinciden y otras no. Libros que gustan mucho a unos no son aceptados por otros. Entre el autor y el lector se establece una "quimica" que no siempre funciona en positivo. Y sucede también que libros que te han gustado mucho en una época determinada, cuando los vuelves a leer después de años, no te dicen nada, o a la inversa, libros que te aburrieron en un momento dado, pasado el tiempo los encuentras interesantes.
Yo no soy critica literaria, sino simplemente una aficionada, y hablo de lo que me gusta a mi, de lo que me impacta, y eso SIEMPRE ES SUBJETIVO.
Un fuerte abrazo y gracias por tus visitas y comentarios.
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