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Un tranvía coruñés circulando por el entorno de la Torre de Hércules
Otro tranvia en las proximidades de la Casa de los Peces
Los tranvias históricos, el número 100 y el 101, fueron adquiridos en Lisboa y traidos a Coruña para efectuar un trayecto turístico a lo largo del Paseo Marítimo, que bordea la Ciudad, con vistas al mar.
Los tranvías de Coruña. ¿Volverán de nuevo?
Imágenes de tranvías de Coruña, que dejaron de circular en julio de 2011, con gran añoranza de los coruñeses, después de la alegría que les había supuesto, en 1997, su inauguración. Con frecuencia he dado paseos en estos tranvías, y, mientras hacía los trayectos me agradaba escuchar los comentarios que hacían los turistas, admirados ante la belleza del paisaje de costa y playas que se contemplan en el recorrido.
Los tranvías de Coruña, tan ponderados por los visitantes y los coruñeses, dejaron de
funcionar en el verano de 2011 después de salirse de los raíles a causa
de defectos en las soldaduras. Po otra parte hacía tiempo que se habían
detectado deficiencias en las vías y en el trazado, sin que se efectuasen
corrección de los fallos ni mejoras en el trazado, debido a la falta de
presupuestos. Dado que los arreglos de los déficits en las vías y trazado eran económicamente
costosos, y toda vez que el tranvía no resultaba rentable ni generaba los
suficientes ingresos para mantenimiento, debido en parte también a que su
funcionamiento se reduce a los meses de verano y poco más, llevó a la
corporación local a replantearse su continuidad o cancelación, optando por esta
última. Actualmente el deterioro va en aumento con lo cual la reparación, si se
quisiera reponer el tranvía, será cada vez más costosa. Por otro lado, he
sabido por la prensa que el verano pasado han suprimido, por razón de
obras en la zona del Parrote, toda la línea catenaria, necesaria para la
conexión eléctrica de su recorrido, precisamente en el tramo que parte de la
dársena náutica del Puerto, punto muy turístico de la Ciudad.
La vía
del tranvía coruñés, que
bordea gran parte de la península que forma la Ciudad, con unas vistas
envidiables, no solo debería permanecer en la
totalidad de su trayecto sino también ampliarse, además de promocionarla para los residentes, con precios asequibles, y funcionar todo el año para
descongestionar el tráfico rodado, agobiante en una urbe tan estrecha
como Coruña, en la que a poco que haya algún evento extraordinario, en horas
punta, o cuando se produce un accidente o emergencia, se colapsa con
facilidad.
Y en plano turístico, el tranvía debería llegar hasta el monumento del Milenium o proximidades
del elevador que permite el acceso al Monte de San Pedro, completando
las posibilidades de visitas a los forasteros. Los tranvías son un transporte
cómodo y agradable para conectarlos con los principales puntos de interés
turístico.
Una promoción y un eslogan. Vida activa para los mayores: "Un poquito a pie y otro poquito en tranvía" El déficit económico del tranvía no se resuelve subiendo el
precio porque entonces irán menos personas. Los déficits se cubren
promocionando ideas originales que capten más viajeros con menos precio. Por
ejemplo, promocionar tarjetas para jubilados que puedan hacer como yo que
cuando cogía el tranvía lo hacía para los trayectos de trazado encuesta, y luego andando en las zonas llanas o retornando cuesta abajo. “Un poquito a pie y otro poquito en tranvía”.
El tranvía debería seguir funcionando y hacerse cada más accesible y rentable con el aporte de nuevas ideas. He sabido que en las ciudades alemanas de Bonn y de Berlín, los trenes históricos se alquilan para celebración de bodas. ¡Ideas señores y señoras, hacen falta ideas! Hay que amortizar lo ya hecho, hay que ampliar, hay que mejorar todos los proyectos urbanos iniciados, sin permitir que se vayan al traste.
¿Y para el futuro? El
trazado vial puede ser la base para la instalación posterior de un modernísimo
tren "Tram" o "Tram-train", metro
ligero, o como quieran llamarle, que circunvalase la Ciudad,
descongestionándola de tráfico rodado, y que pudiese convertirse en el
transporte preferente de turistas y residentes. Un
transporte ecológico, limpio, hermoso, circulando por una ciudad, Coruña,
igualmente hermosa.
Señores políticos, tengan
visión de futuro. ¿No les da envidia esos
maravillosos trenes Tram, hace poco inaugurados en Bilbao y Vitoria , los
Euskotren Tranbia, y sus homólogos de Zaragoza, Alicante...?
Y mientras tanto, no
abandonen los hermosos y antiguos tranvías que
en 1997, cuando se inauguraron, fueron la envidia de los habitantes de muchas
ciudades españolas. Sobre todo, teniendo un Paseo Marítimo como el que tenemos
en Coruña.
Mi añoranza de los tranvías
Los tranvías estaban presentes en los trayectos
de mi infancia, para ir al colegio, para ir y venir a casa de mis abuelos, o
para ir al centro de la ciudad, cuando no tenia tiempo de hacerlo andando
que era lo habitual. Vivía entonces en Ferrol y mi casa, un tanto distante,
estaba ubicada en el puerto, justo donde terminaba la línea del tranvía y el
conductor se apeaba para, tirando de una cuerda que colgaba de la pértiga, y la cambiaba de dirección para un correcto contacto de conexión
eléctrica con la catenaria, pasando luego a la cabina opuesta para hacer
el trayecto inverso. Me gustaba el sonido de la campana de pedal, que hacía
sonar en las paradas y arranques, o para advertir a los descuidados transeúntes
de su paso, sugiriendo el alejamiento de los raíles.
Recuerdo sus bancos hierro y madera, cuyos respaldos se abatían sobre el asiento, al final de la línea, para cambiarlos de sentido. Como me subía al tranvía al inicio del recorrido siempre conseguía sentarme junto a una ventanilla, y, cuando iban abiertas en los días de calor, me gustaba sentir la brisa en la cara mientras observaba el exterior. Tampoco olvido la emoción que provocaba en mis años adolescentes, la proeza arriesgada de subirme casí en marcha, después de una carrera para no perderlo.
Conservo también en la memoria, cuando visitaba a una amiga en Vigo al final de los años cincuenta, el sonido y la grata visión de sus históricos tranvías eléctricos, deslizándose o subiendo por las numerosas cuestas de
sus calles y avenidas. Cuando decidieron suprimirlos me dí unos cuantos
paseos extra en ellos para mitigar anticipadamente, la nostalgia que iba a producirme su desaparición. Javier, el padre de mi amiga, no se equivocó cuando pronóstico la contaminación que iban a generar los coches y autobuses, el ahumado de fachadas y edificios nobles, el tener que depender de un combustible que podría escasear en el futuro o alcanzar precios elevados. Opinaba que el tranvía era el mejor transporte para una ciudad con tantas cuestas, además de considerar que en las calles estrechas el tranvía ocupa menos espacio que los autobuses. Acertadamente definía el tranvía como un transporte limpio, económico y accesible "¡Se acordarán de los tranvías y algún día querrán que vuelvan!", exclamaba siempre como final de sus consideraciones.
El tiempo le ha dado la razón. A partir de la crisis del petróleo de 1973 (nadie puede garantizar que no vuelva a producirse otra), la saturación de coches y consiguiente contaminación, muchos países europeos (Alemania, Países Bajos, Bélgica, Austria...) optan por el regreso o mantenimiento de los tranvías y por su modernización, adoptando calidad en los materiales y soldadura para las vías, mejorando la electrificación no aérea al procurar la administración de energía bien por estaciones de reposición o por dotaciones de autocarga.
Una cura de nostalgia
El pasado mes de octubre estuve en Lisboa, y pude resarcirme de mi nostalgia por los tranvías. Lástima que no tuve buen tiempo pero a pesar de todo pude disfrutar del encanto de esa hermosa ciudad, "tan antigua y señorial", como nos recuerda el fado.
Tranvías de Lisboa
El famoso tranvía "28", de color amarillo, una de las opciones para ir hasta la Catedral y la parte alta de la Ciudad.
El color rojo es propio de los tranvías que hacen los trayectos turísticos.
¡Me encantan los tranvías!
Anexo:
31 de enero, 2013
Mi primo Joaquín me envió esta foto, tomada de Internet con un tranvía de Ferrol, en el final del trayecto, en el puerto (el Muelle). El edificio que se ve más a la izquierda es donde viví entre mis 8 y 24 años de edad. Recuerdo unos tranvías de modelos más antiguos que el de la foto.