Ricas, ricas, y... ¡económicas!
En mi último post, junio pasado, por la fiesta de San Juan, hacia referencia a la típica celebración, además de encender y saltar las hogueras, de comer sardinas asadas, que es cuando el refrán dice que por esas fechas "pringan" el pan ("Por San Xoán, a sardiña pinga o pan"), es decir, que están en su mejor momento.
Finalizamos agosto y la verdad es que las sardinas, siguen en el mercado, frescas, y luciendo su brillante color plateado con ribetes azules.
No pensaba retomar todavía el ordenador, pero como se ha presentado un fin de semana con lluvia y viento que invita a la vida de hogar, más que de playa, programé hacer unas sardinas rellenas, dobladas en forma de abanico, como las que comía en los veranos de mi infancia, y que era receta común en muchos hogares, por estas latitudes.
Ayer vi las sardinas en la pescadería y compré cuatro para hacerlas hoy. Además han sido muy baratas (ahora que ya pasó San Juan y su precio al alza), las cuatro han costado 1,50 euros. No llega a los 38 céntimos cada una. Personalmente nunca tomo más de dos sardinas, sobre todo si son grandecitas como estas. Las sardinas son un alimento muy rico en Omega 3 y que acompañadas de "cachelos" (patatas cocidas con piel) y unos pimientos de Padrón, componen un buen y nutritivo plato, de coste económico.
La receta:
Se retira la cabeza y tripas a las sardinas (esto lo pedí en la pescadería). En casa les pasé un papel de cocina por el exterior, con suavidad, (son muy delicadas de piel) para quitar alguna posible escama, abrí bien al medio y retire con cuidado la espina central y las finas de la parte del vientre. Eché sal, ajo y perejil para adobarlas un poquito y reservar.
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(Mi madre solamente les ponía sal, yo suelo adobar algunos pescados porque me gusta el sabor que les da, sobre todo a los bacaladitos rebozados y fritos. Como en el relleno también pongo ajo y perejil, suelo retirarlo de las sardinas antes de cocinarlas).
El relleno.
Yo le llamo "mejunje" (esta palabra la Real Academia de la Lengua la aplica solamente para cosmética o medicamentos, aunque se refiere igualmente a la "mezcla de diversos ingredientes"), y es el mismo que hago para las vieiras y para muchos pescados, con la variante de algún ingrediente más o menos.
Mis recetas no siguen nunca cantidades ni medidas, porque todo lo hago "a ojo" y siguiendo mis propios gustos en cuanto a cantidades, tiempos y maneras, o sea que yo os cuento y vosotros aplicáis vuestra propia técnica y saber. Por otra parte nunca fui a clase de cocina ni me enseñaron a cocinar, simplemente cocino lo que veía hacer a mi madre y últimamente también hago sus comidas, a base del recuerdo, aproximado, de los ingredientes y sabores que quedaron en mi memoria. Hago lo mismo con las comidas que me gustan cuando voy a restaurantes u hoteles en los viajes, trato de adivinar aquellos platos que me han gustado, a base de ensayos, con errores y aciertos, siempre que sean cosas sencillas. Bueno ¡al grano!
La base de mi "mejunje" es: cebolla (siempre uso cebolleta), bastante y bien picada, puerro (muy poco), bien picado también, y un diente de ajo pequeño, picado menudito. Dorar lentamente. Mientras, pelar (después de echar en agua hirviendo) tomate (en este caso un par, pequeños y maduros). Nunca uso tomate de bote, no me gusta el sabor. Añadir el tomate a la cebolla, y una hoja pequeña de laurel (al "mejunje" de las vieiras no le pongo laurel) que se me ocurrió poner hoy porque me parecía apropiado para las sardinas y me gustó el resultado.
Echo siempre también al "mejunje" para los pescados un chorro de vino blanco, el mismo con el que voy a comer el pescado. Rectificar de sal y dejar reducir. Al final añadir unas migas o trocitos de jamón y, de remate, espolvorear con un poquito de perejil fresco muy picado.
Preparación.
Una vez reposado el "mejunje", en un colador para que escurra el exceso de aceite, lo que dificultará formar los "abanicos" con la sardinas. Con la ayuda de una cucharilla, pondremos un poco de relleno en el interior de la mitad superior de la sardina abierta, doblando sobre ella la otra mitad inferior, pudiendo cerrarla con un palillo, si se desea Enharinar (creo que esa vez me pasé un poco con la harina) y freír en abundante aceite caliente al momento de echarlas. Cuidar que no se quemen, a mi se me doraron un poco de más por el exceso de harina.
Presentación:
Al gusto de cada uno. Yo iba a poner en los lados unas rodajas de patata cocida, y encima de cada rodaja un punto del resto del "mejunje" o perejil picado, pero las patatas eran nuevas y se cocieron antes de tiempo, al quedar rotas ya no las puse para la foto. Al quedar mucho espacio libre en la fuente y resultar insulsa la presentación añadí el relleno sobrante, pero ha quedado con poca gracia. Vosotros sabréis mejorarlo. Yo lo haré en la próxima ocasión.
¡A comer!
Hoy me tomé dos sardinas, y me dejé otras dos para mañana con una "chapuza" de patatas, (están "unidos" los trozos y cubiertos con parte del "mejunje" para disimular. ja,ja...)
Para mañana...
Bueno ni yo soy una cocinera al uso ni este es un blog de cocina, pero os cuento esta receta familiar y de mi infancia, porque es muy sabrosa y económica. ¡Os gustará si la hacéis! ¡Que aproveche!
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Variante al horno
Otra
forma de hacer las sardinas rellenas, es poniendo
el relleno entre los lomo,s estirados, de dos sardinas, colocadas en
una bandeja y asadas en el horno.
Más fácil e igualmente exquisitas. Así las hacían mis tías.
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