¡Más que cine! Valores para reflexionar.
Este mes de febrero, además de idóneo para tomar un calentito chocolate con churros, es propicio igualmente para pasar un rato en el cine y si además se trata de una buena película, tanto mejor. Con este ánimo me dispuse anteayer a ver "Truman", sin otra referencia que la de que había conseguido varios premios en los "GOYA" y que la interpretaba Ricardo Darín, uno de mis actores favoritos y del que procuro no perder ninguna de sus películas desde que lo descubrí, como intérprete, en el filme "El hijo de la novia". El que Javier Cámara, al que considero también un buen actor, figurase en el reparto de la película, añadía para mí una predisposición favorable para acomodarme ante la gran pantalla.
No había tenido tiempo de documentarme sobre la película por lo que ignoraba su argumento y tampoco que el nombre de "Truman" hacia referencia al dócil, afectuoso, tranquilo y hogareño "bulmastiff", que desde las primeras imágenes de la película se nos presenta como el fiel compañero de Julián (Ricardo Darín).
Antes de dar mi opinión sobre la película, incluiré una breve descripción del argumento: Julián, es un actor argentino, exiliado y residente en Madrid, hombre ya maduro y que padece una cáncer irreversible. De sorpresa, recibe la visita de Tomás (Javier Cámara), un antiguo e íntimo amigo de la infancia, procedente de Canadá, donde vive últimamente y ejerce como matemático y profesor universitario. Juntos, pasarán cuatro días intensos en los que Julian manifiesta su actitud ante la muerte y Tomás pone a prueba su talante y el calibre de su amistad, y los dos siempre acompañados por el fiel y paciente "Truman".
Como no tenía idea de la trama cuando acudí al cine, me sorprendió todo, pero muy positivamente.
En primer lugar, me cautivó la sencillez y naturalidad con que se iba trazando un planteamiento tan serio, como lo que Julían decide hacer con su vida, además de exteriorizarlo, cuando tiene la certeza de la proximidad de su muerte, lo que nos invita a reflexionar sobre ello. Por otra parte, la actitud de amistad, respeto y generosidad que muestra Tomás por el amigo enfermo, es toda una lección de humanidad y lealtad.
El tema, profundo y dramático, se convierte en una comedia amable y llena de ternura, gracias al maravilloso guión, obra de Cesc Gay y de Tomás Aragay al que se suma la certera y calibrada interpretación de los actores. Lo trascendente y emotivo está envuelto a la perfección con suaves pinceladas de humor, en justo equilibrio, para complacer y agradar al espectador. Hay también lugar para la sorpresa, en varios episodios (alguno de comprensible y liberadora catarsis emocional), incluido el final. Todos los actores y actrices de reparto muestran también su calidad interpretativa.
"Truman" nos deja también su huella para la reflexión, al considerar y valorar su papel en la compañía y fidelidad que presta al protagonista, Julián, pero también la recíproca fidelidad y consideración que éste presta a su perro, llegando incluso a definirlo como un segundo hijo, además del propio y natural que tiene.
En definitiva, una película hermosa, amable, tierna y humana, que nos ayuda a pensar sobre la vida, con naturalidad y sin dramatismos, ante la proximidad de la muerte.
Una película para no olvidar y para recomendar. No defraudará a nadie.
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No me han extrañado los 5 Premios GOYA conseguidos.
Mejor película. "Truman"
Mejor director. Cesc Gay
Mejor guión original. Cesc Gay y Tomás Aragay
Mejor actor principal. Ricardo Darín
Mejor actor de reparto. Javier Cámara
Aunque no hay "Goyas" para perros, Truman también lo merecía porque lo hizo estupendamente. Me enteré, después de ver la película, que sus cualidades de docilidad, aprendizaje y adaptación no eran de extrañar pues tenía mucha experiencia por su trabajo con niños autistas. Lamentablemente Truman ya no podrá hacer más películas porque ha abandonado este mundo. Son muchos los que lo han llorado, incluido Ricardo Darín.
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